Los padres de Javier Joyanes, joven muerto en Calahorra, piden justicia al cumplirse ocho años del caso

  • Los padres de Javier Joyanes, el joven jiennense que apareció muerto en Calahorra (Granada) tras asistir a una boda, han pedido este martes justicia y que el caso no se cierre judicialmente hasta "encontrar a los responsables de la muerte de nuestro hijo" cuando precisamente este miércoles se cumplen ocho años del suceso.

Maribel Castilla, en declaraciones a Europa Press, ha indicado que confían en que la Audiencia de Granada ordene nuevamente la reapertura del caso, una vez que el juzgado de Instrucción de Guadix ha decretado nuevamente el archivo del mismo.

"Ya han sido cuatro veces las que han decretado el cierre. Hasta ahora hemos conseguido que la Audiencia lo reabra y ahora también lo esperamos, pero es muy difícil pelear solos como lo estamos haciendo", ha dicho.

María Isabel ha asegurado no tener contado todo lo que llevan invertido para pedir que el caso de su hijo llegue hasta las últimas consecuencias. "El dinero es lo de menos porque no me va a devolver a mi hijo, lo único que quiero es justicia y que el responsable o los responsables de su muerte paguen por lo que han hecho", ha subrayado.

Han sido "ocho largos años" en los que "se guardan en los cajones informes de peritos prestigiosos de este país en los que se demuestra que las innumerables heridas que presentaba Javier no fueron producidas por una caída, que nunca nos han demostrado, sino por un atropello preparado y llevado a cabo para quitarte la vida", ha relatado la madre.

Los padres de Javier reclaman el poder realizar una segunda autopsia con la que demostrar que las heridas no fueron fruto de una caída sino de un atropello y sobre todo "ir hasta el final de la investigación".

Eran las 4,46 horas del domingo 7 de septiembre de 2008 cuando Maribel habló por última vez con su hijo Javier. El joven, de 27 años y vecino de La Guardia (Jaén), había ido a la boda de un amigo a La Calahorra (Granada). Doce horas después de esta conversación telefónica con su madre, su cadáver fue encontrado en el campo, en una rambla a los pies de un terraplén de cinco metros de altura.

La versión oficial es que Javier se cayó y murió desangrado. Sin embargo, sus padres discrepan de esta versión y durante estos ochos años han reunido multitud de pruebas, testimonios e informes con lo que, según ha asegurado, se demuestra "que la muerte no fue un accidente, por mucho que nos lo quieran presentar así desde primera hora".

"Solo pedimos justicia y que se vaya hasta el final. Los jueces están para algo más que ocupar su tiempo en saber qué político se ha llevado más dinero que el anterior", ha dicho Maribel, que ha añadido que seguirán "hasta que no nos queden fuerzas porque alguien tiene que poner la voz a las víctimas y pelear por los que ya no pueden hacerlo".

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