Un proyecto en el que participa la UPO permite certificar la seguridad de las porterías de balonmano

  • La empresa Ases XXI, empresa en España independiente (Tipo A) certificadora de equipamiento deportivo, ha certificado la seguridad de las porterías de balonmano con sistema antivuelco en cuyo proyecto participan los profesores de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla Marta García Tascón y Julio Ángel Herrador Sánchez.
Poterías de balonmano con sistema antivuelco.
Poterías de balonmano con sistema antivuelco.
EUROPA PRESS/UPO
Poterías de balonmano con sistema antivuelco.

Según un comunicado de la UPO, las porterías antivuelco se sometieron 'in situ' en la localidad de Antequera (Málaga) a las pruebas normalizadas de requisitos de seguridad de determinación de la resistencia y de la estabilidad para comprobar su estado y su cumplimiento con la norma.

Estas porterías cuentan con la diferencia de no ser unas "porterías al uso", puesto que en la parte trasera tienen un "novedoso" sistema antivuelco, el cual está patentado, homologado y "cumple con todos los certificados" de normalización, y donde la principal característica es que evita el riesgo de vuelco de la portería sin necesidad de estar anclada al suelo. Este sistema ha sido creado por Antonio González Cánovas, natural de Málaga y muy ligado al municipio malagueño de Antequera.

De esta forma, en la prueba de resistencia, el larguero no debe romperse o colapsar o mostrar deformación mayor a diez milímetros cuando se realiza el ensayo de aplicar una fuerza vertical de 1.800 newtons (N) durante un minuto en el centro del larguero.

En la prueba de estabilidad, la portería no debe caerse ni deslizarse cuando se aplica una fuerza horizontal (F) de 1.100 newtons durante un minuto en el centro del larguero y al nivel de la parte superior por medio de una cuerda de 3.000 milímetros de longitud.

Los resultados de las pruebas muestran cómo estas porterías "no se deslizan ni se inclinan hacia delante". Al dejar de ejercer fuerza, los propios estabilizadores la devuelven a su posición de origen (hacia atrás) sin llegar a caer.

Estas porterías no sólo han superado las pruebas, sino que lo hacen "con nota". Esta actuación es una forma de asegurar, sobre todo a los padres con niños que juegan con estas porterías con el sistema antivuelco inventados que, "son las más seguras del mercado". No necesitan estar ancladas al suelo, y además favorecen la absorción de impactos, es decir, los jugadores al chocar contra la portería como consecuencia de una acción inherente al juego no tienen la sensación de chocar contra un muro, pues ésta se desplaza mínimamente.

Con esta acción se da "un paso adelante hacia la mejora de la seguridad" para reducir el riesgo de caídas del equipamiento deportivo que más muertes se viene cobrando desde el 2000 donde la cifra media es de un niño fallecido por año y los diez o doce accidentes que de media se producen de forma anual a causa de las porterías.

Además, estas porterías cuentan con la pegatina de advertencia para "no colgarse en la portería" registrada como diseño industrial por el profesor Julio Herrador. Los profesores, en colaboración con el inventor, están desarrollando investigaciones en materias de seguridad.

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