Uno de cada tres trabajadores sufrirá síndrome postvacacional

  • Esta depresión es habitual en países con largos periodos vacacionales, como España, donde el grueso del descanso se concentra en el verano.
  • Los síntomas son apatía, cansancio, falta de energía y de concentración.
  • Los más susceptibles de caer en este síndrome son aquellas con menor tolerancia a la frustración y las menos resilientes.
Un hombre estresado en su puesto de trabajo.
Un hombre estresado en su puesto de trabajo.
Un hombre estresado en su puesto de trabajo.

Olvidemos por un momento el debate de si existe o no el síndrome postvacacional. Pongámonos de un lado. Aceptando que la depresión por volver al trabajo tras las vacaciones existe, uno de cada tres trabajadores la sufrirá al reincorporarse a su empleo después de su descanso veraniego.

El síndrome o depresión postvacacional es habitual en países con largos periodos vacacionales, como España, donde el grueso del descanso se concentra fundamentalmente en los meses de verano, y suele durar unos 15 días, asegura la firma. Consiste en la falta de energía, de motivación o tristeza que se genera en algunos trabajadores tras un periodo de vacaciones, y nace de una ruptura en el proceso de adaptación o transición entre el tiempo de ocio y descanso y la vuelta a la rutina de trabajo.

Parte importante de los dos tercios restantes –los que en principio no lo van a sufrir– padecerá un cuadro de fatiga o estrés directamente vinculado a ese cambio entre las vacaciones y la vuelta a la vida laboral. Según Lee Hecht Harrison, división del Grupo Adecco, el entorno adquiere un papel protagonista en este proceso. Su directora, Nekane Rodríguez de Galarza, explica que "los entornos de negatividad en el trabajo, en los que se realizan tareas repetitivas o en los que aparecen jefes poco motivadores, suelen provocar una mayor sensación de desánimo a la vuelta de vacaciones".

Las personas más susceptibles de caer en este síndrome son aquellas con menor tolerancia a la frustración y las menos resilientes. Asimismo, es más probable que lo sufran los trabajadores que realizan largos periodos vacacionales que aquellos que tienen sus vacaciones divididas a lo largo del año, debido a la mayor desconexión y el desarrollo de hábitos diferentes durante ese tiempo. "Un hábito necesita 21 días para implementarse y un mes de vacaciones es tiempo más que suficiente para que una persona se acostumbre a los nuevos hábitos de vida", advierte Rodríguez de Galarza.

A pesar de que el principal síntoma es la apatía, seguida por el cansancio o la falta de energía y de concentración para realizar las tareas, también puede manifestarse mediante trastorno del sueño, nerviosismo, estrés o tristeza. En los casos más extremos, el trabajador afectado puede experimentar ansiedad, dolor de cabeza y malestar general. Sin embargo, cada persona puede experimentar esta dolencia de una manera distinta.

Cómo luchar contra este síndrome

Para combatirlo, Lee Hecht Harrison recomienda adelantarse para prevenirlo y hacer que la transición de las vacaciones al trabajo sea lo más suave posible. Algunas medidas en esta línea son levantarse pronto unos días antes de reincorporarse al trabajo para acostumbrarse con antelación a los horarios habituales, volver del lugar de vacaciones unos días antes, repartir los días de vacaciones a lo largo del verano e interpretar de forma positiva la vuelta a la rutina, sin pensar que el trabajo es una carga.

Para combatir el síndrome postvacacional, aconseja retomar el trabajo de forma gradual, sin prisas y evitando grandes cargas de trabajo durante los primeros días; así como realizar actividades saludables y llevar una buena alimentación.

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