El número de muertos por el terremoto que se produjo el miércoles de madrugada en el centro de Italia no deja de aumentar y ya son centenares, aunque se teme que haya aún más fallecidos sin localizar entre los escombros.

El Gobierno italiano decretó este jueves el estado de emergencia por el terremoto y aprobó un primer paquete de ayudas por valor de 50 millones de euros, anunció el primer ministro, Matteo Renzi, que mostró su "profunda emoción" por el impacto del seísmo.

"Tenemos que pensar en la reconstrucción, tenemos una obligación moral con las mujeres y hombres de esa comunidad", dijo Renzi a propósito del siniestro y agregó que esta tarea de devolver la normalidad a las localidades afectadas por el seísmo será una "prioridad del Gobierno y del país".

En Amatrice los equipos de rescate continúan excavando sin pausa entre los escombros en búsqueda de posibles supervivientes aunque desde las 20.00 horas (18.00 GMT) del miércoles no se han vuelto a encontrar personas con vida y sólo se han recuperado cadáveres.

Las tareas se complican aún más para los equipos de socorro que trabajan en la llamada "zona roja" de Amatrice, subidos a los escombros y que van liberando de cascotes, ya que continúan las réplicas del seísmo.

A primera hora de este viernes un nuevo terremoto de magnitud 4,8 ha sacudido la zona afectada. Y el jueves, un temblor de 4,3 grados en la escala abierta de Richter causaba nuevos derrumbes en un edificio situado junto al parque de Amatrice, donde hay un alojamiento temporal para voluntarios que trabajan en tareas de rescate.

Estos seísmos volvieron a causar el pánico entre los pocos habitantes que se han quedado en los alrededores del pueblo, que cuenta con 2.600 habitantes, pero que en el momento del terremoto había triplicado su población ya que es un lugar muy turístico y de veraneo para los romanos.