Se trata de una edificación que, según el Catastro, fue construida antes de 1920, y que en la actualidad presentaba problemas estructurales en la cubierta y daños importantes en otros elementos de la construcción, con riesgo de desprendimientos.

A la vista de los informes técnicos, el Ayuntamiento declaró en ruina la construcción y ordenó a sus propietarios el derribo, que finalmente está ejecutando el propio Consistorio de forma subsidiaria.

El coste de los trabajos, que deberán ser asumidos por la propiedad, asciende a 17.242 euros, según informa el Ayuntamiento en nota de prensa.

Según los informes técnicos en los que se apoya la declaración de ruina, el inmueble presentaba un deficiente estado de las fachadas con diversos paños desconchados, grietas por asentamientos y peligro de desprendimiento de las tablas de madera de balcones y aleros.

Además, la cubierta tenía importantes puntos con problemas estructurales debido a las constantes filtraciones, observándose vegetación acumulada, pésimo estado de canalones y bajantes, así como filtraciones en varias estancias.

En cuanto a la estructura, en los forjados de planta se observaban numerosos puntos en los que las viguetas estaban partidas debido al estado de podredumbre.

Por su parte, el interior del edificio mostraba el resultado de muchos años sin el adecuado mantenimiento, con humedades, filtraciones, carpinterías rotas, instalaciones obsoletas e ineficaces, etcétera.

El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, ha resaltado que esta actuación se enmarca dentro de las labores de control que realiza de manera continua el Ayuntamiento para velar por el mantenimiento de los edificios de la ciudad en un adecuado estado de conservación.