«Estoy arrepentido. Pido perdón a Miriam y espero que le vaya lo mejor posible». Con voz temblorosa y la cabeza cabizbaja, Jorge Ramos hizo ayer su primera y última declaración durante el juicio que se celebra contra él por arrojar a Miriam a las vías del metro.

La fiscalía ha reiterado que los hechos se enmarcan dentro de una «trama delirante» y considera al acusado  un «enfermo mental peligroso» al que los médicos deben llevar un control exhaustivo de su medicación. Por este motivo ha retirado su petición de siete años de cárcel, aunque mantiene la del internamiento en un psiquiátrico.

El suceso ocurrió en 2005 en el metro de Carabanchel, cuando Jorge empujó a Miriam, a la que no conocía de nada, a las vías. El ataque se debió a un «trastorno psicótico» (creía que era Dios y que tenía que matar para salvar el mundo) originado al parecer porque había dejado su medicación. Miriam, que perdió una pierna, insistió ayer en que nunca lo perdonará.

Miriam reclama 860.000 euros

La Fiscalía solicitó ayer 15 años de internamiento en un centro psiquiátrico para Jorge Ramos, además de una indemnización de 457.059,77 €. La abogada de Miriam reclama una pena más dura: 20 años en un psiquiátrico penintenciario y 860.000 €, con los padres del agresor como responsables subsidiarios. Por su parte, el abogado del joven pide internamiento psiquiátrico durante tres años.