Una semana. Ese es el tiempo que han tenido Mariano Rajoy y su equipo para estudiar las seis condiciones irrenunciables que impuso Ciudadanos la semana pasada para abrir la puerta a la negociación y que pretenden desatascar la situación de bloqueo institucional que arrastra España desde diciembre.

Ese plazo ha expirado este miércoles con la reunión de la Ejecutiva Nacional en la sede del PP, que, tal y como se preveía, ha dado "carta blanca" al presidente en funciones. "El Comité Ejecutivo me ha autorizado a mí y a la dirección a negociar con Ciudadanos y entablar así conversaciones con ellos", ha asegurado en una rueda de prensa posterior en la que ha facilitado pocos detalles.

En este sentido, ha ignorado el órdago de Ciudadanos y no ha especificado si acepta las condiciones con o sin matices. De hecho, insiste que la Ejecutiva no ha hablado sobre la lista de exigencias de la formación naranja: "El PP no ha venido a hablar de condiciones, lo que ha hecho es autorizar la negociación con Rivera. Nadie ha dicho ni una palabra sobre las condiciones".

Sin embargo, el líder de los populares ha añadido lo siguiente: "Mientras Ciudadanos no pida nada que perjudique los intereses de los ciudadanos, podemos aceptar muchas cosas, o no". En cuanto a la fecha del debate de investidura —otra de las peticiones de Rivera—, el presidente en funciones ha asegurado que sigue en el aire y sin confirmar.

Rajoy ha prometido, además, que hará todo lo que esté en su mano para formar gobierno pero ha avisado de que no se podrá celebrar si el PSOE no mueve ficha: "Es posible llegar a un acuerdo con Ciudadanos, pero éste no es suficiente". En concreto, si el PP (137) consigue el 'sí' de Ciudadanos (32 escaños) y Coalicición Canaria (1), los populares no tendrían suficientes votos para alcanzar la mayoría absoluta (176) ni más síes que noes en la segunda vuotación. Por tanto, serían necesarias once abstenciones o seis apoyos para desbloquear la situación.

Por otro lado, a la reunión del Comité no han acudido algunas de las figuras 'incómodas' del partido como consecuencia de varias de las exigencias de Rivera relacionadas con la corrupción. Es el caso de Rita Barberá, que de hecho lleva sin acudir a Génova, ni la exministra Ana Mato, ni Vicente Martínez-Pujalte o Ignacio González. Por el contrario, sí que ha estado presente Carmen Navarro, imputada por el borrado de los discos duros de Bárcenas, tesorera nacional del PP.