Las instalaciones eléctricas de Aragón emiten demasiados gases de efecto invernadero y tendrán que reducirlos para ajustarse a los
límites dispuestos por el Ministerio de Medio Ambiente. Aragón tiene asignadas un máximo de
8 millones de toneladas de este tipo de gases, que se reparten entre
55 centros que incluyen instalaciones papeleras, siderurgias, cementeras y eléctricas. Todas menos estas últimas cumplen con los límites que les asigna la ley. Ayer se celebró una jornada para debatir sobre esta regulación.
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