Así, Sanidade, a través de la Dirección Xeral de Saúde Pública, destaca la importancia de la utilización del frío para la conservación de los alimentos, el cocinado completo de los mismos y alcanzar temperaturas de unos 70 grados cuando se recalienten.
Sobre la época estival, Sanidade recuerda que las temperaturas más altas del verano pueden favorecer "el deterioro más rápido de las comidas" y, por ello, según destaca, "no deberían transcurrir más de dos horas entre el cocinado y su consumo", excepto las que se conserven a temperaturas menores de cinco grados y protegidas de los insectos y otros animales.
Asimismo, incide en que la "higiene frecuente" de la manos cuando se manipulan alimentos "es siempre importante", sobre todo en verano, "dado que las condiciones térmicas provocan el mayor" deterioro de los mismos. Por ello, precisa que "es conveniente" lavarlas cuando se empiece el trabajo de manipulación y después de cualquiera interrupción en él.
La Dirección Xeral de Saúde Pública también indica que las medidas preventivas divulgadas por la OMS "deben completarse" con la recomendación de que "sólo se consuman alimentos de los que se conozca su origen".
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