En un comunicado este miércoles, la Conselleria de Agricultura ha informado de que el trabajo, realizado en ríos de caudal pequeño, servirá por conocer mejor este tipo de trucha autóctona y estudiar la movilidad y los procesos migratorios.

El marcaje consiste en la colocación de un transmisor intraperitoneal de radiofrecuencia, que emite una señal individualizada cada cinco segundos que se puede recibir a distancia mediante un receptor de radio y que permite saber el movimiento migratorio de cada una de las truchas.

Para que el estudio resulte lo más fiable posible, la Conselleria pide a los pescadores que, en caso de capturar una de estas truchas, la liberen aunque se haya pescado en una zona de pesca con muerte.

En el caso de que el pescador quiera sacrificar la trucha, se le pide que comunique el lugar en el que la ha pescado y el número de transmisor que llevaba y que hagan llegar el aparato a los agentes rurales.