La recaudación que obtendrá el Ayuntamiento de Valencia con la subida del impuesto de plusvalías (unos 575.000 euros) casi le dará a la institución para cubrir el reciente aumento de sueldo de la alcaldesa, concejales y asesores (745.000).
Estos cálculos, hechos a partir de los ingresos previstos para 2007, ponen al descubierto dos controvertidas decisiones del Consistorio, que no figuraban en el programa electoral de la alcaldesa reelegida, Rita Barberá (PP): la subida de sueldos de ella misma, concejales y asesores, aprobada poco después de las elecciones de mayo, y el aumento del 29% al 29,7% del impuesto de plusvalías, el que se paga al vender una casa por el beneficio.
Las asociaciones de consumidores se mostraban ayer un tanto resignadas con la subida, pese a que la alcaldesa prometió en campaña que suprimiría este impuesto. «Al menos ha subido menos que el IPC», señalaban desde la Unión de Consumidores de la Comunitat, pese a que la inflación ya se refleja en los pisos, y no en el porcentaje que fija el impuesto.
Desde Avacu, Fernando Móner, lo consideró «un problema para el consumidor», y lo descartó como freno para en la compraventa de pisos de segunda mano. Para el concejal socialista Juan Ferrer, «se han subido los impuestos, aunque se camufle».
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