El primero de los casos tuvo lugar el pasado 17 de junio, sobre las 14.30 horas del mediodía, cuando, presuntamente, un individuo de 51 años se introdujo en un ascensor junto con una menor de 16 años, abalanzándose de forma sorpresiva sobre ella, según han informado desde la Policía Local.

El individuo le pasó el brazo por el cuello e intentó besarla sin su consentimiento, ante lo que la víctima respondió empujándolo para evitarlo, han precisado, en un comunicado.

Según parece, el individuo intentó tocarle los pechos y el cuerpo, llegando a abrazarla y tocarle los glúteos en contra de su voluntad, teniendo que forcejear la misma para lograr zafarse de él y huir rápidamente del lugar, una vez que se abrió la puerta del ascensor, ante el miedo a que el individuo pudiera llegar a hacerle algo más.

Familiares de la víctima requirieron la presencia de la Policía Local en el lugar, personándose de inmediato una patrulla de la Jefatura de Policía de Barrio Distrito Carretera de Cádiz del citado cuerpo policial.

Los agentes se entrevistaron con la víctima y sus familiares, a la cual le ofrecieron acompañarla a un hospital para ser asistida ante posibles lesiones que hubiera podido sufrir durante el forcejeo, personándose otra dotación en el lugar para efectuar dicho traslado.

Mientras, los policías locales llevaron a cabo las gestiones oportunas para buscar al presunto autor de los abusos. Las pesquisas policiales llevaron a los agentes hasta la localización e identificación del presunto agresor, que, tras ser preguntado por los hechos, manifestó a los agentes "que se metió en el ascensor con la chica, pero que él no le hizo nada, sólo se cayó encima de ella".

Por otro lado, la segunda intervención tuvo lugar sobre las 12.00 horas del 21 de junio en el paseo de La Farola, cuando, presuntamente, un hombre de 30 años, natural y vecino de Málaga, se dirigió soezmente desde su vehículo a dos menores de 15 y 16 años que volvían de la playa de La Malagueta, tras lo que cambió el sentido de su marcha y aparcó el coche.

Tras bajarse del auto, al parecer comenzó a seguirlas mientras las grababa por detrás con el teléfono móvil, a la vez que les profería obscenidades y proposiciones indecentes, llegando, presuntamente, a tocarle las nalgas y los pechos a una de ellas sin el consentimiento de la misma.

Resultó determinante la colaboración de un testigo de los hechos, concretamente un militar que presta servicio en la comandancia naval, que retuvo al agresor hasta la llegada de la patrulla de Policía Local.

Una vez requeridos, hasta el lugar se desplazaron policías locales de la Jefatura de Policía del Distrito Centro, que, tras entrevistarse con las partes, procedieron a intervenir el teléfono móvil con el que, presuntamente, el hombre había realizado la grabación a las menores de edad, el cual fue remitido al juzgado como prueba.