El diputado delegado del SPEI, Alfredo Zaldívar, el inspector jefe del SPEI, Eduardo Sánchez, y el jefe de la zona oeste del SPEI, Tomás García, han presentado en rueda de prensa esta iniciativa que cuenta este año, para su desarrollo, con un presupuesto de 12.500 euros.

Zaldívar ha señalado que, además de mejorar los recursos materiales de los parques con nuevos vehículos todoterreno, el SPEI se está centrando en trabajar la prevención, especialmente en aquellos puntos en que, por la dispersión que caracteriza a la provincia, se supera el tiempo medio de respuesta del servicio, que es de 30 ó 35 minutos.

Con 'Hogar Seguro' se instalarán detectores de humo y monóxido en los domicilios de municipios que se encuentran más alejados de los parques de bomberos o donde es más difícil llegar con estos medios. En colaboración con los servicios sociales, se ubicarán estos aparatos en las viviendas donde residan personas mayores o solas, que se encuentren en unas condiciones físicas o de salud "deterioradas" o que dispongan ya de un servicio de teleasistencia.

En estas casas se colocarán "dos o tres detectores" que emiten una alarma que avisará al propietario y a sus vecinos de que algo está ocurriendo en la vivienda, de modo que puedan reaccionar a tiempo, avisar al servicio de bomberos y actuar de forma conjunta.

El SPEI revisará cada cierto tiempo el funcionamiento de estos aparatos, así como impartirá formación en las localidades sobre cómo actuar ante incidencias.

CUATRO FASES

El inspector jefe del SPEI, Eduardo Sánchez, ha observado que en primer lugar se instalará este servicio en los municipios más pequeños, de "40, 50 ó 60 vecinos", con una media de edad "avanzada" y que "necesitan un plus de seguridad", para después extender el servicio al resto de la provincia.

Sánchez ha detallado que el proyecto se desarrolla en cuatro fases. En primer lugar se determinan los hogares objeto de intervención, en colaboración con los servicios sociales; después se visitan las casas, se realiza una inspección de seguridad, se ofrecen consejos de prevención y se instalan los detectores; a continuación se imparte formación a todos los vecinos que lo deseen y, por último, se realiza un seguimiento.

"Este año puede llegar a 250 viviendas, que se sumarán a las de la fase de estudio y el año que viene confío en que sean las mismas o el doble", ha apuntado Sánchez, para desear que el proyecto se amplíe con el tiempo a toda la provincia.

PRUEBA PILOTO

El jefe de la zona oeste del SPEI, Tomás García, ha precisado que la prueba piloto se realizó de diciembre a febrero y permitió instalar 130 detectores en 38 viviendas de Añón, El Buste, Litago, Litúenigo, Malón, Novillas, San Martín de la Virgen del Moncayo, Torrellas, Trasmoz, Vera de Moncayo y Vierlas. Además, ya se trabaja en la comarca de Daroca haciendo las reuniones informativas en Used y Gallocanta.

Desde que empezó la colocación de los detectores ya ha habido al menos cuatro casos en los que estos aparatos han avisado de una situación de riesgo.

"Una vez fue por una sartén en el fuego y otra porque el tiro de una chimenea funciona mal, pero el caso más destacable fue un tubo de una estufa que se salió y empezó a llenar la casa de monóxido de carbono", ha comentado García, al advertir de que este fue "un caso de manual de posible muerte por intoxicación que se evitó por la presencia de los detectores".

Zaldívar ha apuntado que el presupuesto de este proyecto en 2016 alcanza los 12.500 euros, al indicar que cada detector tiene un coste de unos 50 euros. Sánchez ha agregado que "lo de menos son los detectores, lo que de verdad supone un coste que asume el SPEI es el tiempo de inspección" de las viviendas y de revisión de los equipos.

El diputado delegado del SPEI ha remarcado que "queremos anticiparnos" y llevar el servicio a los municipios antes de que los consistorios lo soliciten, dado que "ya sabemos cuáles son los puntos más alejados" y el proyecto se inicia por las localidades "más pequeñas", ha recalcado.

EL SPEI

El Servicio Provincial de Extinción de Incendios de la DPZ cuenta actualmente con 163 bomberos con los que atiende todas las emergencias que se producen en los 292 municipios de la provincia. No obstante, en el SPEI trabajan otras 18 personas: los operadores del centro provincial de coordinación, el personal de la unidad administrativa, el de la unidad de prevención, el subinspector jefe y el inspector jefe.

Con ese personal, el SPEI atiende cualquier emergencia las 24 horas del día los 365 días del año a través sus nueve parques profesionales: los de Calatayud, Ejea, Tarazona, Caspe, La Almunia, Tauste, Cariñena, Daroca y El Burgo de Ebro y los seis parques de bomberos voluntarios. El año pasado, los bomberos de la DPZ realizaron casi 2.700 intervenciones.

Eduardo Sánchez ha estimado que "somos una provincia que está bastante bien dotada" en parques profesionales y efectivos de bomberos, aunque "nunca será suficiente porque hasta que no haya un parque en cada localidad no estaremos tranquilos".

Alfredo Zaldívar ha manifestado que la DPZ está reforzando la colaboración con el cuerpo de bomberos de la capital aragonesa, así como está a la espera de que el Gobierno de Aragón les convoque para hablar de la coordinación de todos los efectivos de la Comunidad.

Ha comentado que en algunas zonas de la provincia se trabaja también en colaboración con los bomberos de Huesca y Teruel, como en Caspe con los parques de Fraga y Alcañiz, en Daroca con los profesionales de Calamocha e, incluso, con la Comunidad de Navarra en el caso de las Cinco Villas.