Entre hoy y el miércoles, la Audiencia Provincial juzgará a Jorge R. V., el joven que presuntamente arrojó, el 4 de octubre de 2005, a Miriam Alonso Corraliza a las vías del metro de la estación de Carabanchel (Línea 5).
A Miriam, que entonces tenía 20 años, hubo que amputarle la pierna izquierda y todavía le quedan como secuelas múltiples cicatrices en el abdomen y una deformidad en la nariz.
El fiscal y la acusación particular piden para el supuesto agresor, que padece esquizofrenia paranoide, 7 años de prisión y 14 de internamiento en un centro psiquiátrico.
Los hechos ocurrieron a las 8.00 h en la parada de Carabanchel cuando Miriam esperaba en el andén 1 la llegada del metro. De repente, un joven, al que no conocía "absolutamente de nada", le propinó "un fortísimo empujón, arrojándola a las vías".
Miriam no quiere hacer declaraciones antes del juicio porque se encuentra "muy nerviosa", según informaron a 20 minutos en la asesoría en la que trabajaba.
"Mi perdón no lo tendrá nunca"
Pese a "tener totalmente asumido" la pérdida de su pierna, Miriam Alonso se volvió claustrofóbica a consecuencia del ataque.
En multitud de ocasiones ha dicho sobre su presunto agresor que "hacia esa persona siento rencor, no puedo perdonar a quien ha intentado matarme. Mi perdón no lo tendrá nunca".
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