Dos años de cárcel y multa de 8.000 euros por poner música de noche y molestar a los vecinos

  • La sentencia dice que el acusado colocó dos potentes altavoces en el balcón orientados a los vecinos.
  • Al parecer, lo hizo por verganza tras una serie de discrepancias entre ellos.
  • La música la ponía por las noches y a primera hora de la mañana los sábados.
El ruido nocturno provoca graves alteraciones del sueño.
El ruido nocturno provoca graves alteraciones del sueño.
AGENCIAS
El ruido nocturno provoca graves alteraciones del sueño.

El juzgado de lo Penal número 2 de Huelva ha condenado a dos años de prisión y a pagar 8.190 euros de multa a un vecino de Aljaraque por un delito medioambiental, por contaminación acústica, en concurso ideal por delitos de lesiones, por emitir música en su domicilio, con un potente equipo de sonido, en horas nocturnas causando molestias a los vecinos a los que impedía descansar, lo que generó en éstos y en sus hijas menores una situación insoportable en su vivienda.

La sentencia, notificada por el juez en tres días y a la que ha tenido acceso Europa Press, también inhabilita a este hombre para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la emisión de música durante dos años y la prohibición de acudir o acceder al interior del inmueble de su propiedad, sito en Aljaraque, por periodo de dos años, así como acercarse a distancia inferior a 100 metros de los acusadores y el inmueble de su propiedad, durante este mismo periodo.

A su vez, ha acordado la suspensión por dos años de la ejecución de la pena privativa de libertad impuesta, condicionada al abono en un año de la declarada responsabilidad civil, al cumplimiento de la pena de alejamiento en los términos establecidos, y a no delinquir durante el periodo de suspensión, según reza en esta sentencia contra la que cabe recurso de apelación en el plazo de diez días.

El juez considera probado que en el año 2008 este hombre adquirió la vivienda unifamiliar de dos plantas de la localidad de Aljaraque, vivienda a la que en los últimos años acude exclusivamente de visita o a dormir, manteniendo su residencia habitual en otra de su propiedad de la localidad, así como que dos años más tarde los vecinos denunciantes compraron otra vivienda de la misma calle, donde fijaron su residencia, en compañía de dos hijas menores del matrimonio. Estas casas estaban a una distancia de unos cinco metros.

Desde que se instalaron en el inmueble, el condenado les mostró su disconformidad con algún elemento construido por el propietario anterior del inmueble, así como con alguna de sus actividades en su parcela, lo que generó desencuentros y problemas de convivencia. Y ya sobre el mes de abril de 2013, enfadado porque sus vecinos no accedían a sus exigencias, el acusado decidió someterles a una situación que les perjudicara.

Para ello, ideó su plan: conectó el equipo de música instalado en el interior de su inmueble a dos potentes altavoces que colocó en el balcón exterior de la planta superior de la vivienda, los orientó hacia la vivienda colindante sita a unos cinco metros, y comenzó a emitir música, siempre el mismo disco o DVD, nunca con intención de escucharlo, a volumen tan elevado que imposibilitaba un normal uso de la vivienda colindante por parte de sus moradores.

A su vez, para potenciar y aumentar el perjuicio generado, el acusado emitía reiteradamente la música en horario nocturno o en torno a las 7.00 horas de los sábados, imposibilitando un descanso normal de los moradores.

Pese a las quejas, el condenado mantuvo su actuación durante meses, por lo que desde noviembre de 2014 a abril de 2015 este vecino procedió a denunciar reiteradamente la emisión de música a la Policía Local, así como a encargar estudio técnico de medición de volumen, los que certificaron el alto volumen de la música.

Insomnio e irritabilidad

La tensión generada por la música a ese volumen y a esas horas, además de imposibilitar el sosiego familiar y el descanso durante meses, afectó a la intimidad, estabilidad y confortabilidad de los ocupantes de la vivienda y, además, generó en uno de los denunciantes insomnio, irritabilidad, ansiedad y trastorno adaptativo mixto, por lo que fue sometido a tratamiento con ansiolíticos que mantuvo hasta que finalizaron de forma estable los ruidos.

Durante el juicio, el condenado rechazó la imputación y manifestó que sus vecinos "nunca" se le quejaron, "que no colocó altavoces en el jardín, que denunció a sus vecinos hoy acusadores por realizar barbacoas, que va a esa casa a dormir y luego se vuelve a su vivienda y que siempre que le requirieron para bajar la música, lo hizo, así como que nunca colocó altavoces en el balcón", pero finalmente el juez considera estos hechos probados y ha emitido esta sentencia condenatoria.

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