El Estrecho se sigue cobrando la vida de cetáceos. Este fin de semana un rorcual de 14 metros y 20 toneladas de peso quedó varado frente a la playa de Bolonia, en Tarifa, y murió poco después, tras agonizar durante horas.
Sobre las 9.50 horas del sábado los servicios de emergencias recibieron las llamadas de bañistas que alertaban de la presencia de una ballena a unos 200 metros del perímetro de seguridad de esta playa gaditana. En un principio, se acercaron a este animal medios de Salvamento Marítimo, que certificaron que había quedado atrapada entre las boyas, aunque no pudieron hacer nada por ayudarla.
Habría que esperar a que la ballena muriese y se hicieran cargo de su cadáver el Centro de Recuperación de Especies Marinas de Andalucía (Crema) y el Ayuntamiento de esta localidad. Algunas horas después, a las 14.00 horas, el animal falleció, después de agonizar, y entonces esta institución de especies marinas comenzó a trabajar.
Durante toda la jornada de ayer se estuvo descarnando a la ballena en el propio litoral tarifeño y sus restos orgánicos fueron enterrados en un lugar facilitado por el Ayuntamiento. Su esqueleto será expuesto en un museo de ciencias.
Las voces de los ecologistas se han vuelto a escuchar ante la muerte de un nuevo cetáceo. Aseguran que es necesario que se controle el tránsito de buques y los vertidos para erradicar estas pérdidas de la fauna del Estrecho de Gibraltar.
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