
Durante casi tres años la presentadora española Raquel Sánchez Silva ha mantenido una tensa relación con la familia del que fuera su marido, Mario Biondo, el cámara de televisión que fue hallado muerto en la vivienda de ambos, declarándose la causa de la muerte como un suicidio.
Sin embargo, los padres de Biondo nunca aceptaron la versión de las autoridades policiales y judiciales españolas y trataron de reabrir el caso tanto en España como en Italia. Esa lucha judicial estuvo plagada de mensajes y declaraciones de los Biondo que dejaban en muy mal lugar a Sánchez Silva, a quien culpaban con más o menos disimulo del destino de su hijo.
Ahora, el recurso de apelación que había presentado el padre del cámara ha sido desestimado por la Audiencia Provincial de Madrid, que además manda que el caso quede cerrado definitivamente en España, Italia y el resto de Europa.
"No existen indicios de la comisión de un delito", dice la resolución de la Audiencia, que además afirma que los documentos aportados por la familia no aportan novedades ni desvirtúan el archivo de la causa, por lo que "no existen indicios racionales que permitan apoyar la reapertura de la investigación".
Pero además, se condena a los padres de Mario Biondo a pagar 3.000 euros a Raquel Sánchez Silva por "daños morales" derivados de los comentarios que la pareja ha hecho de forma pública contra la viuda de su hijo y que han supuesto "una falta continuada de vejaciones injustas".
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