Sala Russafa cumple cinco temporadas con un aumento del 68% en la afluencia

  • La Sala Russafa concluye su quinta temporada con más de 19.700 espectadores, lo que supone un crecimiento de en torno al 20% respecto al ejercicio anterior. Este aumento se integra en una línea ascendente que, desde la primera temporada hasta la quinta, ha trazado un incremento del 68% en la afluencia.
Equipo de Arden
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SALA RUSSAFA
Equipo de Arden

"No queremos ser triunfalistas, ni mucho menos, pero tenemos que agradecer a la gente que poco a poco se ha ido acercando a Sala Russafa y se han convertido en espectadores fieles, que cada vez vienen más a menudo" apunta Juan Carlos Garés, socio fundador del centro junto a Chema Cardeña y David Campillos.

Garés recuerda, en un comunicado, que este espacio "que abrieron en lo más crudo de la crisis económica, teniendo que bregar con un receso agudísimo del consumo general y, en concreto del de cultura, "además de encontrarnos con medidas como la subida del IVA cultural, que suponían un gran frenazo".

No obstante, los impulsores del proyecto cultural consideran que "en su primer lustro en activo el centro cultural ha conseguido sus principales objetivos". Por una parte, se ha convertido en un centro de producción para la compañía Arden, alma mater del proyecto, que ha visto impulsada su faceta creativa. Y también es sede para otras 3 ó 4 compañías residentes cada temporada, que tienen ocasión de generar y mostrar sus espectáculos en el centro. En sus instalaciones han residido Bramant Teatre, Theatreck, Cía Entrelazados, Toni Aparisi Danza.

Por otra parte, Sala Russafa se ha convertido en un punto de exhibición para formaciones de artes escénicas locales y nacionales, de pequeño y mediano formato, primando la calidad artística. En estos cinco años ha aumentado un 15,3% el número de representaciones, rozando las 190 anuales, con propuestas para adultos y niños de teatro, danza y música en vivo, además de apoyar diversas iniciativas culturales como Russafa Escénica, Russafart o Valencia Negra, de las que es sede.

En esta progresión han ido ganando terreno las producciones valencianas, cuya presencia ha aumentado un 60% en el último lustro. Aunque siguen programando formaciones nacionales que, por su calidad, consideran importante que puedan verse en Valencia, como Factoría Escénica Internacional, La Imperdible, Atalaya o Almaviva Teatro.

En su opinión, una de las asignaturas pendientes para la clase política, es aumentar su consumo de artes escénicas. "Empezamos a ver muestras de un mayor apoyo al teatro y la danza en las políticas culturales, pero seguimos sin ver a los políticos entre el público. Sí en las ruedas de prensa, pero no en el patio de butacas. Y la verdad es que el teatro nos hace mejorar, nos da más perspectivas y nos ayuda a ser más tolerantes, algo que les vendría estupendamente a todos", comenta irónico el director de la sala.

Como reto para el futuro, desde el centro cultural creen que sería importante encontrar una manera de coordinar las programaciones teatrales, tanto las públicas como las privadas, y entre ellas, para diseñar sinergias en el sector que creen nuevos públicos y cubran un espectro más amplio de la oferta cultural.

AVANCE DE LA PROGRAMACIÓN

Para la próxima temporada, la sala seguirá apostando por la "diversidad". Entre otras propuestas, del 15 al 25 de septiembre vuelve Russafa Escénica, un festival que nació paralelamente al centro cultural,

y del que es una de sus sedes desde 2011. El teatro acogerá las funciones de la producción propia del certamen, 'Hijos de Verónica'.

La primera quincena de octubre, Sala Russafa presenta la programación 'Alçem el teló', una nueva iniciativa que nace con el objetivo de ejemplificar el espíritu de la nueva temporada y de funcionar como resumen de lo que está por venir en la sala.

Arranca con el estreno absoluto de 'Moby Dick. El mal amor', la nueva propuesta de Toni Aparisi en coproducción con Arden, una pieza que mezcla la danza y el teatro para hablar de la violencia de género, con dirección, coreografía e interpretación del Premio Max 2016 al Mejor Bailarín. Le acompañan la bailarina Iris Pintos, la música original y en directo de Jesús Serrano y la interpretación de Iria Márquez y Chema Cardeña, autor de los textos.

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