Según ha explicado Costas en una nota, el hecho de que no se actúe en la pequeña zona de la playa algecireña formada por bolos (piedras) y lajas se debe a que, además de formar parte de la estructura de la playa y de dar estabilidad frente a los temporales, es susceptible de ser habitada por una especie protegida, la lapa 'Patella ferrugínea'.

Así, como cada año, la Demarcación de Costas ha actuado sobre la superficie arenosa nivelando la playa desde las partes más altas, quitando los escalones producidos y cubriendo las piedras (las más pequeñas, no los bolos) que quedan al descubierto. También ha ayudado a la apertura natural del río Pícaro y a su correspondiente distribución de arena en las zonas colindantes.

Ha detallado que Getares precisa todos los años un mantenimiento con vistas a la temporada estival para corregir los basculamientos de arena que se producen a lo largo del año y también por los daños que se producen en la arena por las fuertes avenidas de aguas pluviales que vierten en la parte central de playa. Según ha comentado, hay que tener en cuenta que la formación de esta playa contiene una base de piedras (bolos) que la arena cubre con un pequeño espesor superficial.

Ha recordado que en el año 2015 en la playa de Getares se realizó una importante aportación de arena, procedente de la duna de Valdevaqueros (Tarifa), que "en la actualidad se conserva sin manifestar carencias apreciables".

A mediados de junio se ha procedido al reperfilado de una superficie de 18.000 metros cuadrados de playa, tratada con medios mecánicos adecuados, en compensación del perfil de playa transversal y longitudinal, que ha dejado Getares acondicionada para la temporada estival.

Costas ha apuntado que los estudios técnicos realizados para esta playa han mostrado que la zona con bolos debe respetarse, pues forma parte del "esqueleto" de la playa y que la erradicación de esos bolos supondría una pérdida de estabilidad frente a los temporales, además de que perdería su carácter natural.

Esto, unido a la presencia de 'Patella ferrugínea', hacen que se tenga prohibido verter directamente arena sobre esa zona, debiéndose mantener una distancia de 100 metros en cualquier trabajo de regeneración de arena o de trasvase o nivelación de la playa para, tras los temporales de invierno, acomodarla al uso del verano.