Obras sin terminar, ordenadores que no llegan, retrasos en la entrega de los cheques-libros... Y, por si era poco, problemas con la matriculación. El inicio del curso escolar no está siendo nada fácil para más de 130 familias cordobesas, que no han salido muy conformes del proceso de adjudicación de plazas, según los datos facilitados por la Federación de Padres de Alumnos de Enseñanza Concertada (FAPA).

Este colectivo denuncia que en torno a unas 90 familias se han encontrado este año con la desagradable sorpresa de que cada hijo suyo cuenta con una vacante en un centro distinto. Es por ello que estos padres se tienen que poner el disfraz de piloto de rally cada mañana para conseguir que sus vástagos no lleguen tarde a clase.

El portavoz de FAPA-Córdoba, Miguel Serrano, señala que «a estas familias se les hace bastante complicado poder repartir a sus hijos por los diferentes colegios e institutos en donde están matriculados, de forma que la conciliación de la vida personal y laboral se convierte en toda una odisea».

No es la única situación traumática que se está viviendo en este agitado principio de curso 2007/2008. Más de 40 familias en la provincia se han tenido que conformar con apuntar a sus hijos en colegios que ellos no habían elegido en un principio. Algunos de ellos han decidido acudir a los tribunales de justicia.

Estos problemas se suman a las irregularidades detectadas por la propia Delegación Provincial de Educación en el proceso de matriculación. En total fueron 58 las denuncias presentadas por padres contra otros progenitores por falsear datos para lograr plaza en un centro concreto.

Posibles soluciones

¿Cómo se podría dar respuesta al problema de estas 130 familias? Para FAPA-Córdoba la solución debe venir de la mano de una ampliación de plazas en los colegios e institutos de la provincia. «Desde el primer momento, nosotros hemos abogado ante la Delegación de Educación por un incremento de la ratio en los centros, pero a cambio hemos recibido la callada por respuesta», resalta el portavoz del colectivo, Miguel Serrano.

Desde su punto de vista, los problemas que se han producido en este inicio de curso no tienen antecedentes en ningún año, por lo que pidió una rápida actuación de la Junta para evitar estos casos.

Un caso en Montilla

Desde el pasado lunes, Jaime y Lucas pasan el día solos en un aula aparte, aislados del resto de alumnos del Colegio de Las Esclavas en Montilla, La Asunción. Los llevan sus padres con la intención de que den clase en una centro religioso, pero no han obtenido plaza y los responsables del colegio les dejan entrar pero no les dan clases.

Estas dos familias ya no saben qué hacer para que sus vástagos, ambos de tres años, entren en un centro católico, la creencia que profesan. Han presentado todas las instancias del mundo y se han reunido con técnicos de la Delegación Provincial de Educación, pero no encuentran una solución.

Todo comenzó en mayo cuando se produjo un sorteo de los puestos libres en estos centros educativos, un sistema que los padres califican de «injusto». El resultado fue que sus dos hijos se quedaron sin sitio en los colegios que ellos deseaban, por lo que empezaron a mandar cartas a la Junta para que aceptaran que estos dos niños acudieran alguno de los centros. «La respuesta ha sido una plaza en un colegio que no hemos pedido», apunta Jaime Márquez, uno de los padres afectados.