Un total de 92 niños saharauis compartirán este verano culturas y emociones con familias murcianas

  • Un total de 92 menores saharauis de entre ocho y 12 años pasarán los meses de julio y agosto acogidos por familias de las Región de Murcia con las que compartirán "culturas y emociones" en el marco del programa 'Vacaciones en Paz', que permite a estos niños pasar los meses estivales alejados de los campos de refugiados de Tindouf, en el sur de Argelia, que en los meses estivales se convierten en un verdadero "infierno" al alcanzar los 50 grados centígrados a la sombra.
Juan José López García
Juan José López García
CEDIDA
Juan José López García

Los niños saharauis llegan el próximo lunes, día 4 al aeropuerto de Alicante y se marcharán el 4 de septiembre.

El programa 'Vacaciones en Paz' es impulsado por la asociación Sonrisa Saharaui Región de Murcia, que preside Juan José López García, profesor y exdecano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia, y la iniciativa ha salido adelante "después de una implicación ejemplar de las familias de la Región", puesto que se trata de una asociación de nueva creación.

En declaraciones a Europa Press, López recuerda que hace 40 años que la mayor parte del pueblo saharaui, hasta poco antes colonia española, abandonó su tierra huyendo de las acciones armadas por la ocupación marroquí del Sáhara Occidentaly se refugió en el sur de Argelia, que es una zona inhóspita, un trozo de desierto "lleno de piedras y arena, carente de vida natural".

"No está de más comentar, visto que los libros de texto parecen olvidar lo que ocurrió allí, que nuestro país abandonó a este pueblo cediéndolo a otras dos potencias ocupantes, Marruecos y Mauritania, en lo que internacionalmente la ONU considera una acción nula de derecho", según el presidente de la Asociación.

López remarca que la historia siguió con la renuncia de ocupación de Mauritania y el conflicto armado de Marruecos con la resistencia saharaui representada por el Frente Polisario. "Al parecer todavía nuestro gobierno mantiene documentos clasificados de este episodio, quizás porque no dejan en buen lugar el papel de nuestro país", destaca el presidente.

En este sentido, puntualiza que lo que era la colonia española ahora está dividida en dos zonas, una muy rica en reservas minerales y pesqueras, ocupada por Marruecos, y otra con muy pocos recursos, recuperada por el Frente Polisario. Ambas zonas están separadas por el "muro de la vergüenza", construido con tierra y con más de 2.500 kilómetros, levantado por Marruecos con ayuda internacional, flanqueado por militares marroquíes y sembrado de minas antipersona.

"No en vano, la población saharaui es líder en mutilaciones por las incursiones, con frecuencia pastores, en las inmediaciones del muro", según López, quien puntualiza que hasta más de 2.500 víctimas han sufrido las consecuencias de esta "barbaridad".

No obstante, aclara que la principal consecuencia de este conflicto "siguen siendo los más de 160.000 refugiados en los campamentos de Tindouf, en el sur de Argelia". Se trata, añade, de hasta dos generaciones que "han nacido refugiados y no conocen otra cosa que ser refugiados", siendo una población que está mantenida por la cooperación internacional.

El programa mundial de alimentos provee 90.000 raciones mensualmente, más otras 30.000 de urgencia para familias vulnerables, en una cesta básica que se compone fundamentalmente de cereales, en la que los productos frescos suelen ser patatas y a veces zanahorias. La carencia de proteínas y otros nutrientes esenciales en la dieta "produce unos déficits que se convierten en crónicos", lamenta.

Prueba de ello, es que el 7,5 por ciento de los niños "manifiestan desnutrición severa, el 60 por ciento de las mujeres sufren anemia, que también la presentan los niños desde el nacimiento, y casi el 30 por cientp de los menores muestran déficit de crecimiento que afecta al desarrollo cerebral".

LA INFANCIA SAHARAUI

En el caso de la infancia, explica que se trata de unos niños y niñas "alegres y despiertos, integrados en familias totalmente estructuradas, en las que la mujer juega un papel más destacado que en otros países árabes". A pesar de ser campamentos de refugiados, "tienen su propio sistema de escolarización, semejante al nuestro, en el español es obligatorio como lengua extranjera".

Estos campamentos, subraya, "también cuentan con un sistema sanitario muy bien organizado, aunque con pocos recursos, que cuenta con el apoyo de equipos médicos, especialmente quirúrgicos, que solidariamente se trasladan a los campamentos".

El principal problema de los campamentos, por su ubicación, es el verano. En esta zona se alcanzan los 50 grados centígrados a la sombra, lo que hace que la vida se "aletargue" durante los días. "Sólo al caer la noche, las familias echan mantas sobre la arena del desierto y bajo un manto de estrellas incomparable, aunque con bastante calor, pueden relacionarse y jugar con otros iguales", destaca.

Desde principios de los 80, la sociedad española se ha implicado con la situación de estos niños bajo el programa denominado 'Vacaciones en Paz', un proyecto por el que menores saharauis entre 8 y 12 años son acogidos en familias españolas durante los meses de julio y agosto. Actualmente todas las comunidades autónomas participan en este programa, que también se ha visto afectado por la crisis económica.

El programa 'Vacaciones en Paz' lo patrocina en la Región de Murcia la asociación Sonrisa Saharaui Región de Murcia, y pretende sacar a los menores del "infierno estival" de los campamentos, integrándose en una familia española.

Esta estancia también sirve para realizar una completa revisión médica, en la que además, la detección y tratamiento de problemas visuales y auditivos tienen especial importancia por la exposición a las tormentas de arena en el desierto, así como la revisión dental por la alimentación y calidad del agua en los campamentos.

Es de agradecer la colaboración solidaria de la Universidad de Murcia, que pone a disposición de las familias participantes los recursos del Centro Universitario de Visión Integral (CUVI), en el campus de Espinardo, así como de la Clínica Odontológica ubicada en el hospital Morales Meseguer.

Son dos meses de intenso aprendizaje y convivencia, en los que la familia comprueba la adaptación de estos pequeños al idioma, a las costumbres, al agua, y también asimila y comparte usos y costumbres en un intercambio intercultural "de primera magnitud", celebra Lópz.

Hace poco más de ocho meses que Sonrisa Saharaui echó a andar, ofreciendo a la sociedad murciana participar en este proyecto solidario, para el que tenían que implicarse también económicamente. Cada familia ha costeado el vuelo de su niño adelantando 450 euros. La asociación reintegrará a las familias en función de las subvenciones que consigan.

Algunos ayuntamientos como Cartagena, Lorca, Aguilas o San Javier, ya se implicado en este proyecto, concediendo subvenciones con las que ayudar a las familias de estos municipios.

Próximamente, el Ayuntamiento de Murcia, convocará las ayudas de cooperación al desarrollo, que rescató en 2015 tras unos años sin convocarlas. "La disposición es muy buena, aunque nuestra asociación tiene problemas porque para concurrir a estas convocatorias se requieren dos años de antigüedad en el registro municipal", lamenta López.

En este sentido, la Asociación está intentando salvar este obstáculo buscando la colaboración de otra asociación que cumpla este requisito, para así poder optar a alguna ayuda con la que compensar el esfuerzo que las familias han realizado para traer a 23 sonrisas a este municipio.

"Nuestro interés es dar a conocer la situación de esta población y los beneficios de este programa, a la vez que invitar a las familias de nuestra región a vivir y disfrutar una experiencia sin igual", concluye.

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