Dedican un año al pintor Stanley Spencer, visionario, excéntrico y cristiano anticonvencional

  • El artista inglés (1891-1951), uno de los grandes olvidados del siglo XX, es objeto de varias exposiciones a los 125 años de su nacimiento y 55 de su muerte.
  • De difícil encaje estilístico —se consideraba más cercano a los prerrafaelitas que a sus contemporáneos—, decía que convivía con 'ángeles y suciedad'.
  • Creía en Jesucristo, pero también en la redención a través de la libertad sexual. Peleó en la I Guerra Mundial y dedicó a la experiencia los frescos de una capilla.
Autorretrato de Stanley Spencer pintado en 1949
Autorretrato de Stanley Spencer pintado en 1949
© The Estate of Stanley Spencer / Bridgeman Images, Photography © Reading Museum (Reading Borough Council). All rights reserved
Autorretrato de Stanley Spencer pintado en 1949

Apasionado, excéntrico y cristiano anticonvencional, el pintor inglés Stanley Spencer (1891-1951) es un personaje de complicado encaje en las escuelas o movimientos de su época. Más cercano al ideal prerrafaelita del simbolismo romántico, las leyendas medievales y la estilización renacentista de finales del siglo XIX que a los artistas sociales o vanguardistas de la época de entreguerras, decía vivir "entre ángeles y suciedad".

Varias exposiciones celebran el llamado Año de Stanley Spencer, organizado para celebrar los 125 años del nacimiento y los 55 de la muerte de un creador que habitó un territorio difuso entre lo sagrado y lo profano cuyo mejor ejemplo son los heterodoxos murales de la Sandham Memorial Chapel, un santuario en una ubicación campestre, que ha sido declarado monumento nacional por los 17 frescos inspirados en las vivencias del artista como enfermero en la cruel I Guerra Mundial. Aunque en ninguno hay referencias a la divinidad, todos —las enfermeras atendiendo a heridos, el transporte de tropas, los servicios de lavandería....— son obras de compasiva esencia cristiana.

Un basurero regresa a casa

Capaz también de captar el apasionado regreso a casa de un basurero tras una agotadora jornada laboral —The Lovers (1934)—, compuesto como una escena bíblica en la que un grupo de personas ofrecen al trabajador alimentos sobrantes y otros objetos, o pintar un autorretrato —Self-portrait, Adelaide Road (1939)— que muestra al pintor como una persona trabando un enfrentamiento con importantes dudas vitales, Spencer comenzó pintando bajo la influencia de los postimpresionistas y también se acercó al neoprimitivismo, pero en ningún estilo se sentía a gusto.

Stanley Spencer: Of Angels and Dirt (Stanley Spencer: de ángeles y suciedad), hasta el 5 de octubre en el Museo Hepworth de Wakefield, es la retrospectiva más importante de los últimos quince años sobre la obra del artista, que pasó buena parte de su vida en la pequeña localidad de Cookham, donde había nacido y hoy se asienta la casa-galería en la que residió. La exposición reúne 70 obras y extractos manuscritos de los diarios del pintor.

Propuesta de bigamia

En el recorrido es posible comprobar las singulares interpretaciones del cristianismo de Spencer, que creía en la redención a través de la libertad sexual y llegó a proponer a su esposa una relación bígama que la mujer no acepto y prefirió el divorcio. El carácter libre del artista también provocó que fuese rechazado en los años treinta porque los académicos consideraron que sus temas lindaban con la obscenidad.

La muestra abarca piezas de los 45 años de actividad de Spencer, entre ellas The Resurrection: Tidying (1945), sobre uno de los temas recurrentes de su carrera, el renacimiento tras la muerte, y Shipbuilding on the Clyde: Furnaces (1946), donde la visión en mucho menos italianizante dado que se trata de una escena de astillero encargada por el Gobierno como contribución a la campaña en apoyo de los soldados británicos que participaban en la II Guerra Mundial.

Autorretrato con cáncer

También se puede ver la última obra pintada por el artista, un sereno autorretrato que firmó en 1959, meses después de recibir la noticia de que padecía un cáncer terminal.

En la Galería Stanley Spencer se expone, hasta el 31 de octubre, Visionary Painter of the Natural World (Pintor visionario de la naturaleza), una selección de uno de los temas que más placer proporcionaban al creador: la pintura del natural de flores, plantas, paisajes, jardines, enclaves naturales, cementerios y riberas de ríos.

Los mismos temas abundan en Stanley Spencer: A 20th Century British Master (Stanley Spencer: un maestro británico del siglo XX), del 3 de agosto al 4 de diciembre en la galería pública australiana Carrick Hill, con una treintena de pintura y dibujos donde prevalecen las flores.

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