Fue el día escogido por la Policía Local y el Ayuntamiento para que las familias de rumanos que vivían desde hace un año en una nave de maderas dejaran la zona.

Dos camiones esperaban desde las 8.30 horas a las puertas de la nave para comenzar a limpiarla. Supuestamente, 20 familias vivían en su interior. Minutos más tarde, llegaba la Policía Local para desalojar. Al abrir la puerta, sólo quedaban ocho personas, el resto había abandonado la zona la noche anterior.

Todos ellos malvivían en una nave que antiguamente almacenaba madera, así como en la zona contigua, donde hay un descampado. En él habían construido chabolas y utilizado coches para dormir en su interior.

Los camiones comenzaron a limpiar, primero, la zona del interior de la nave. Cinco camiones se afanaron en sacar toda la suciedad que había dentro. Se encontraron desde sofás rotos, a bolsas llenas de basura, cables y mucha ropa.

A continuación, limpiarían la zona exterior. Antes de que los camiones entraran en el descampado, un grupo de jóvenes de nacionalidad rumana comenzaron a recoger materiales que tuvieran algún tipo de valor.

«Esta gente no hacía daño a nadie. Hacían su vida como los demás. Me sabe mal que se hayan marchado, pero la suciedad que se acumulaba era demasiada», dijo Bautista, vecino de Nazaret. Las familias de rumanos se «han marchado a otros campamentos, ya que no han aceptado las ayudas de servicios sociales», explicaron desde el Consistorio. No obstante, una de las vecinas, Josefa, no duda de que volverán: «No creo que tarden en volver, aunque tapien las ventanas, las vuelven a romper y se instalan».