Un total de 427 personas solicitaron información o tratamiento en 2015 a través de los diferentes programas que conforman Proyecto Hombre. Asimismo, el año pasado se atendió la demanda de información de 360 familiares de personas drogodependientes.

La distribución por sexo de la población analizada muestra un perfil claramente masculinizado: un 84,7% de hombres y un 15,3% de mujeres. La media de edad se sitúa por encima de los 38 años, aumentando con respecto a 2014 en dos puntos.

El 47,1% de las personas no tenían hijos, este porcentaje baja al 38,2% en el caso de las mujeres y al 48,7% en el de los hombres. El 41,5% tienen entre 1 y 2 hijos, en el caso de las mujeres un 47% y en el de los hombres un 41,3%. El restante 11,4% tienen entre 3 y 4 hijos; en el caso de las mujeres, un 14,8% y en el de los hombres en un 10%.

El 29,9% de los usuarios han finalizado primaria, un 24,2% la ESO y un 22,5% tiene estudios superiores. En el caso de las mujeres, el 47,1% tienen estudios superiores, ya sean ciclos o estudios universitarios; mientras en el caso de los hombres es de un 20%. En general, tienen mayor formación académica las mujeres que los hombres.

El 60% de los usuarios se encontraban en situación de desempleo, manteniéndose esta realidad con respecto a periodos anteriores. Atendiendo al género, el 44% de las mujeres estaba en situación de desempleo, mientras los hombres en un 20% más, alcanzando el 60% de los casos.

El 42,2% de las personas conviven con sus padres/familia de origen; en el caso de los hombres en un 45% de los casos, en el de las mujeres, sin embargo, desciende al 23,5%. El 17% de los pacientes tienen pareja e hijos, en el caso de los hombres en un 15,6%, mientras en las mujeres aumentan hasta el 29,4% de los casos. El 16% de los pacientes viven solos, no habiendo diferencias significativas entre género.

PRINCIPALES ADICCIONES.

La sustancia principal por la que las personas han solicitado tratamiento en los centros de Proyecto Hombre es la cocaína, con un 41,1% de los casos, seguido de la heroína con un 16,2%, alcohol con un 15,6%, cannabis con un 13,2% y crack con un 7,9%.

Con referencia al género, la sustancia principal también es la cocaína con un 38,2%, seguida del alcohol con un 29,4%, en comparación con los hombres que en el consumo de alcohol presentan un 13,8% de los casos.

En el resto de sustancias principales, como la heroína, en el caso de las mujeres es de un 14,7% y en los hombres de un 16,4%; y en el caso del cannabis, los hombres presentan más problemática con un 14,1% y las mujeres menos con un 5,9%.

El 44,6% de las personas tienen un consumo diario; igualmente en hombres que en mujeres se produce este patrón de frecuencia de consumo. El 30,5% tienen un consumo habitual de forma semanal (2-6 días semana), en las mujeres un 32,3% de los casos y en un 29,8% en el caso de los hombres.

El 64,7% de las personas habían recibido previamente tratamiento por la misma sustancia, en un 52,9% de los casos de mujeres y un 66,9% en el de los hombres.

Casi el 40% del total de personas atendidas utilizan la vía de administración intranasal o esnifada, que se corresponde con el hecho de que la sustancia principal por la que se solicita tratamiento es la cocaína. El 37,3% utiliza la vía pulmonar o fumada y el 20,3% corresponde a la vía oral, siendo las sustancias más consumidas la coca (fumada), heroína, alcohol y cannabis.

La edad de inicio en el consumo de sustancias se sitúa en los 20 años, siendo en el caso de las mujeres en 19,2 años y en el caso de los hombres en 20,1 años. No varía la edad de inicio con respecto a años anteriores, teniendo en cuenta que son los datos de la primera entrevista de información con la persona, y que más adelante con la elaboración del iter toxicológico se ve que en otras sustancias, como el cannabis o alcohol, la edad de inicio puede ser más precoz.

SOLICITAR TRATAMIENTO.

Los motivos principales por los cuales las personas han acudido a solicitar tratamiento o información son por presiones familiares o de amigos, o por iniciativa propia del paciente; con un 25% y 36%, respectivamente.

En el caso de las mujeres, acuden en un 38% por iniciativa propia, y en un 29% acompañadas de familiares o amigos; en el caso de los hombres el porcentaje por ambos motivos es igual, con un 36%. Con un 6,5% acuden desde otro servicio de tratamiento de drogas, y con porcentajes inferiores al 5% desde servicios sociales y servicios penitenciarios.

El 82% de las personas que acudieron a solicitar ayuda no se habían inyectado nunca, tanto en mujeres como en hombres; el 10% lo habían hecho en el último año y el 2% se habían inyectado alguna vez pero no en el último año.

La tendencia en este perfil de consumidores de vía inyectada es a desaparecer en Proyecto Hombre, con muy poca presencia. Los que llegan son pacientes crónicos con muchos años de consumo y que vienen a mantener el consumo estable, no con perspectivas de abstinencia o rehabilitación social relacionando los resultados con el uso de la vía inyectada.