El PP se refuerza y gana el 26-J, el PSOE resiste y los emergentes retroceden

Mariano Rajoy besa a su mujer, Elvira, tras ganar las elecciones.
Mariano Rajoy besa a su mujer, Elvira, tras ganar las elecciones.
TVE
Mariano Rajoy besa a su mujer, Elvira, tras ganar las elecciones.

La polarización ha funcionado y, tras seis meses de bloqueo institucional y una campaña electoral eterna, el PP ha vuelto a ganar las elecciones y Mariano Rajoy está más cerca de volver a ser presidente del Gobierno. Aunque lejos de los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta y de los 186 que obtuvo en 2011, su partido se ha visto reforzado y ha pasado de los 123 a los 137 diputados, con un porcentaje de votos del 33,03%, frente al 28,71% anterior.

El PSOE, por su parte, ha salvado los muebles al evitar, contra todo pronóstico, el sorpasso por parte de Unidos Podemos, que se ha quedado a 14 escaños de los socialistas, a quienes ni siquiera han superado en votos. La posición final del PSOE era una de las grandes incógnitas de la jornada, histórica por ser la primera vez que en España había que repetir elecciones ante la incapacidad para formar Gobierno, y en la que la participación ha sido del 69,84%.

El partido liderado por Pedro Sánchez ha resistido, aunque vuelve a romper su suelo electoral y se deja cinco escaños (85) pese a subir ligeramente en porcentaje de voto (22,66% frente al 22%). Se trata de su peor resultado, el tercero consecutivo, pero logra conservar la hegemonia de la izquierda  y se mantiene como líder de la oposición, reteniendo en sus manos la llave de la gobernabilidad. Toda una proeza si se tiene en cuenta que solo ha logrado ganar en tres provincias: Huelva, Sevilla y Jaén.

El gran triunfador, el PP, encadena su tercera victoria electoral consecutiva a pesar de los escándalos de corrupción y de no haber logrado sumar ni un solo apoyo en la pasada legislatura, cuando declinó la oferta del rey para que intentase formar Gobierno en tanto que fuerza más votada. Y por contra, la gran perdedora es la coalición Unidos Podemos, única novedad electoral para estas elecciones y a quienes todas las encuestan otorgaban la segunda posición, muy cerca del PP.

La alianza entre Podemos e IU se ha llevado uno de los grandes chascos de la noche, al fracasar completamente en su intento no ya de superar al PSOE, sino de mejorar incluso sus resultados del pasado mes de diciembre. Es más, los empeora, porque entonces la suma de Podemos, sus confluencias e IU, por separado, superaba a los socialistas en más de medio millón de votos.Ahora, en cambio, juntos pierden un millón de sufragios y se quedan en el 21.10%, frente al 24,33% del 20-D.

Ciudadanos, que en las anteriores elecciones llegó a figurar como segundo en la carrera electoral, cae levemente hasta el 13,05% de los votos y se queda en solo 32 escaños, ocho menos que en diciembre, cuando entró por primera vez en el Congreso de los Diputados. Un resultado por debajo de lo previsto y con el que no logra su principal objetivo, el de ser decisivo a la hora de la formación de Gobierno.

ERC repite con 9 escaños y CDC, con 8

Los republicanos catalanes de ERC tuvieron el 2,39% de los sufragios y ahora logran el 2,6% que les permite repetir representación, esto es, nueve diputados, gracias a 620.000 votos que mejoran en 20.000 los obtenidos en diciembre. Pese a retroceder del 2,2% de los votos al 2%, CDC mantiene sus ocho representantes en el Congreso; baja de 567.253 a 474.000 sufragios.

El PNV, al contrario, baja de seis a cinco escaños pese a haber subido ligeramente su porcentaje del 1,20% al 1,23%, aunque en votos sí pierde unos 15.000 desde los 302.316 de los anteriores comicios. EH-Bildu logra conservar sus dos escaños con un porcentaje menor (del 0,87%, al 0,79%) y Coalición Canaria mantiene igualmente el suyo, con un porcentaje similar del 0,3%. Con un porcentaje superior al 1% de los votos (del 1,19%) y 275.000 papeletas, el Pacma se queda fuera del Parlamento, al igual que UPYD, que pasa de 155 sufragios a unos 48.000.

El bipartidismo, tan tocado el 20-D, recupera terreno (55,72% de los votos y 222 escaños), aunque la presencia de los emergentes se consolida en el Parlamento (34, 14% y  103 diputados). Y a pesar de que el bloque de la derecha sale reforzado y el de izquierdas pierde fuelle, las cuentas siguen sin salir y será necesario pactar para gobernar. Ningún bloque suma y, salvo que el PSOE se anime a la gran coalición, o se abstenga, a lo que Sánchez se niega, volverán a ser necesarios al menos tres partidos. La sombra de la ingobernabilidad no se disipa, aunque los principales líderes han asegurado en campaña que no habrá unas terceras elecciones.

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