Así lo ha publicado en una nota de prensa la Junta de Andalucía, donde se aclara que "esto suponía abrir la puerta a la mejora en la práctica clínica tras la incorporación del uso de esta técnica de imagen que permite valorar la función cardiaca del paciente".

Para la ya médico rehabilitadora Raquel Barbosa, "la necesidad del trabajo" surgió cuando ella y su equipo quisieron comprobar los beneficios de la rehabilitación cardiaca al comparar los resultados aportados por la ecocardiografía en el momento del ingreso del paciente y después de la citada rehabilitación.

La novedad de este estudio surge al incorporar la realización de esta prueba por parte de un médico rehabilitador, ya que supone "una mejora en nuestra práctica clínica", ha añadido.

El citado estudio analizó los datos de los pacientes de medio y alto riesgo que acudieron a consulta, antes y después de un programa de rehabilitación cardiaca, durante los meses de septiembre a noviembre de 2015.

En la primera visita se recogieron datos epidemiológicos, factores de riesgo cardiovascular y la estratificación inicial del riesgo del paciente, y se les realizó una ecocardiografía 2D en consulta para valorar la función cardiaca.

Posteriormente, se diseñó un programa de entrenamiento específico, según el riesgo de dicho paciente, y en la segunda visita se realizó un control del programa. Finalmente, se valoró la ergometría final y la ventriculografía.

Los programas de rehabilitación cardiaca incrementan la capacidad física del paciente y también pueden mejorar la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, dato que confirma Barbosa tras su estudio, donde el uso de la ecocardiografía por parte de un médico rehabilitador "ofrece datos objetivos y cuantificables directos de la mejoría cardiovascular del paciente tras un programa de rehabilitación cardiaca".