El Patio Herreriano de Valladolid reivindica la ilustración con una muestra de 114 obras de 11 "artesanos" de los 70

  • El Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid acoge una muestra de 114 obras de once ilustradores "decisivos" de los años 70 porque supusieron un "punto de inflexión y renovación" en esta disciplina, que reclama un hueco en la Historia del Arte.
Inauguración de la muestra sobre artistas ilustradores de los años setenta
Inauguración de la muestra sobre artistas ilustradores de los años setenta
EUROPA PRESS
Inauguración de la muestra sobre artistas ilustradores de los años setenta

La muestra, bajo el título 'Cambio de luces. Ilustración Española en los años 70' es la primera que recoge el trabajo de un grupo de artistas españoles que se dedicaban a la ilustración, un proyecto del Museo ABC que se muestra en Valladolid gracias al patrocinio de Caser Seguros y cuyos organizadores han destacado la dificultad para recabar obras.

Se trata de ilustraciones cinco mujeres y seis hombres que revolucionaron con lápiz, gouache y acuarela el dibujo español. En concreto, de José Ramón Sánchez, Fina Rifá, Pilarín Bayés, Asun Balzola, Manuel Boix, Miguel Calatayud, Luis de Horna, Miguel Ángel Pacheco, Karin Schubert, Carme Solé Vendrell y Ulises Wensell.

La concejal de Cultura y Turismo, Ana Redondo, ha presentado la exposición junto a la directora del Museo Patio Herreriano, Cristina Fontaneda; su homóloga del Museo ABC, Inmaculada Corcho; el comisario de la muestra, Felipe Hernández Cava; y el artista Luis de Horna.

La concejal vallisoletana ha incidido en que probablemente sea la exposición de mayor importancia que este año albergue el Museo, donde se podrá ver hasta el 16 de octubre, en una colaboración que Cristina Fontaneda espera que se convierta estable con el Museo ABC.

La idea de esta exposición, según ha explicado la directora de este centro madrileño, nació de unas conversaciones con ilustradores en las que se planteó una revisión de la ilustración en España, la "gran olvidada y damnificada" por la Historia del Arte, con un tratamiento parcial en círculos muy reducidos y que mediáticamente se ha abordado en relación al cómic, por lo que no ha recibido "atención suficiente".

Así, aunque el Museo ABC tiene fondos desde finales del siglo XIX de 1.500 autores que suponen algo menos de 200.000 obras, Corcho ha señalado que para revisar la ilustración moderna había que hacerla desde el punto de partida de los años 70, que significaron "un punto de inflexión y renovación", para lo que no se ha contado con la colección propia, sino que se han recabado las obras, algo que ha sido "complicado".

ASPIRACIÓN A SER LOS MEJORES

En esta línea, el comisario de la exposición ha señalado que los artistas más importantes de los años 70 no tenían "ese prurito de considerarse artistas, sino que aspiraban a ser los mejores artesanos posibles" y que supusieron una conexión con lo que sucedía fuera de España.

Hernández Cava ha explicado que se produjo una crítica "injusta" con ellos porque su compromiso les llevó a interesarse especialmente por el componente renovador en el aspecto pedagógico, lo que les adscribió en su día al ámbito de lo infantil y juvenil, por lo que considera que se fue "sectario" con ellos.

Además, estos autores trataron de ejercer sus derechos, crearon sus asociaciones y trataron de recuperar sus obras, que muchas veces se quedaban los editores, que las enmarcaban o las regalaban, pero una rebelión de estos últimos supuso el fin de este movimiento.

El comisario de la exposición cree que era "de justicia" que se viera esta obra toda junta, aunque puedan faltar nombres, porque aunque no tienen por qué ser los mejores sí fueron "decisivos".

Durante la presencia de la muestra Luis de Horna ha recordado lo que es el ilustrador, que "debe ser" un artista, una persona honesta, en el sentido de poder rechazar un texto al que acompañar con su obra si no va en el sentido o manera de hacer suya, aunque reconoce que en ocasiones hay un condicionante económico.

De Horna ha señalado como aspecto negativo de la ilustración el hecho de que condicione la imaginación del lector, en función de la visión que pueda dar el ilustrador, de manera que "la mejor ilustración es la que no se hace" porque, ha recordado, cuando la abuela contaba en invierno cuentos a los niños en torno a una chimenea, los pequeños se imaginaban lo que leía, "ilustraban" la historia verbal.

Sin embargo, frente a ello, ha explicado que lo "positivo" es que se puede educar el gusto de los niños al contemplar la creación de los artistas, de distintos autores con sensibilidades y técnicas diferentes, lo que considera "enriquecedor".

El artista ha explicado que la ilustración no sólo es una imagen al lado de un texto en un libro y ha recordado que hay muchos cuadros que hacen referencia a pasajes bíblicos o la historia, por lo que también se pueden considerar ilustraciones, por lo que ve una "aberración" meterla en un cajón sin que forme parte de la Historia del Arte.

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