La fiscal dice que el acusado de matar a su expareja en Torremolinos actuó de forma "escalofriante"

  • La fiscal delegada del Violencia sobre la Mujer de Málaga, Flor de Torres, ha asegurado este miércoles que el hombre acusado de acabar con la vida de su expareja en la localidad malagueña de Torremolinos, a la que supuestamente dio 30 puñaladas y degolló, actuó "de forma escalofriante" y ha pedido a los miembros del jurado que "no descataloguen este crimen como violencia de género, porque lo es".

Los jurados recibirán este jueves el objeto del veredicto. La Fiscalía de Violencia contra la Mujer de Málaga pide 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, al igual que la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, y la Junta de Andalucía. La defensa dice que es un delito de homicidio con atenuante de alteración mental.

"Es un crimen de género", ha incidido la fiscal, quien ha señalado que la víctima, profesora en Torremolinos, "no pudo ejercer la libertad de decidir" porque "en media hora la asesinaron con alevosía y ensañamiento", recordando las manifestaciones del acusado durante la investigación del caso en las que dijo que sacó el cuchillo estando ella girada y quiso "asegurar su muerte".

Ha incidido en que el acusado "no aceptó la libertad de ella", que había roto la relación tres meses antes de los hechos, por lo que ha concluido que "el móvil es la violencia de género", apuntando que "no hay un delito que atente más contra todos los derechos fundamentales" como el que se realiza contra las mujeres por ser mujeres.

La fiscal se ha referido a los exámenes realizados al acusado, ratificados en la sesión de este miércoles, en los que los forenses han descartado que el hombre tenga alguna alteración mental, tan sólo síntomas de depresión y una reacción vivencial a la ruptura con su pareja que "no lo encauza bien", pero sin que esto le altere su capacidad de comprender y actuar en consecuencia.

También ha aludido a los trabajadores sociales, que en esta sesión han definido al procesado como una persona con "un fuerte impacto emocional por la ruptura que no acepta", alguien introvertido, con baja tolerancia a la frustración, que no controla los sentimientos y que pasa de "sentir mucho amor al odio".

De Torres ha recordado que el acusado ha reconocido los hechos, pero ha pedido a los jurados que apliquen el sentido común para determinar que hubo alevosía y ensañamiento, ya que, ha precisado, en 30 minutos la víctima sufrió 30 incisiones y tres heridas vitales, entre ellas el degüello, a la que, "como han dicho los forenses, es imposible sobrevivir", por lo que el resto tuvo que ser anteriores.

Al respecto, la representante del ministerio público ha sostenido que no se trató de un navajazo certero y directo sino que los policías "describieron un escenario de lucha". Así, ha pedido una sentencia condenatoria, aunque ha lamentado que "la vida no tiene precio" y que este crimen deja a los familiares "heridas en el alma que no se van a recuperar".

En su declaración de este pasado lunes, el acusado reconoció que la mató, aunque no precisó cómo lo hizo y añadió que no fue a su casa para asesinarla, sino para suicidarse. Dijo estar arrepentido y apuntó: "siempre me sentiré como un monstruo". "Sé que fui yo, con mis manos, con el cuchillo, pero no sé cómo fue el ataque con exactitud", aseveró.

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