“Desconfianza”, “seguridad”, “chantaje”, “miedo”. Caras jóvenes en las cuales se puede percibir un cierto grado de ilusión pronuncian tan oscuras palabras, pero no hablan de sus propios sentimientos. Al frente Juan Pablo Rincón, Director de Casting de la Fox Colombia, que los conduce hacia la motivación interna del personaje. Son jóvenes en busca de un futuro prometedor como actrices (prevalecían los rostros femeninos) y actores en la Escuela del Actor Mario Bolaños.

Rincón, quien está al frente del casting de la exitosa serie de Netflix, Narcos, ha sido uno de los invitados estrella a la escuela de Mario, donde ha impartido recientemente un curso para “abrir las puertas” del mercado hispano en Latinoamérica y Estados Unidos a los alumnos. “En definitiva, he venido a mostrarles qué es lo que busca un director de un actor en Latinoamérica”, apunta.

Mario sostiene que con la llegada de la crisis han proliferado un gran número de escuelas de actuación como alternativa ante la falta de trabajo, levantadas por “actores, directores, e incluso directores de casting”. Pero apunta, a su favor, la diferencia entre ser un profesional de la industria y ser pedagogo. “Llevo 20 años enseñando. Es una pasión absoluta”. No puede elegir: “Recientemente he estado en Colombia grabando ‘Sin tetas si hay paraíso’, una serie para la Fox y Telemundo. Cuando no estoy actuando estoy dando clases y me nutro todo el tiempo”. Al fin y al cabo la actuación es el “puente pluralista” que enriquece su formación como profesor, que le ayuda a acercar la realidad de la profesión a sus alumnos: no existe solo España, también hay oportunidades laborales esperando fuera.

Aunque el acento, como apunta Juan Pablo Rincón, puede suponer una barrera: “es más fácil que un actor latino haga el acento español, que ver a un actor español haciendo de mexicano”. Él mismo señala que merece la pena solventar dicha barrera pese a que implique "quedarse un tiempo viviendo en esa región o irse del país”, pues los actores y actrices españoles gozan de reconocimiento en la industria hispana de América. El motivo principal es la buena formación: “normalmente uno sabe que el actor español está muy bien preparado; que ha estudiado en una universidad, que ya tiene trayectoria en teatro, que tiene hecho cine o cortos…”, afirma.

Bolaños añade que igual que existe un boom de escuelas, "también hay muchos actores”, lo que provoca una situación de saturación que dificulta la salida al mercado: “cuando los actores que salen de la escuela llaman a un manager, el 99% les dice que la cartera está cerrada”. Por ello, sostiene que la apuesta de su escuela es fundamentalmente práctica,  al ser “la única escuela que hace producciones; rodamos en espacios de localizaciones reales con el objetivo de distribuirlas”. Con ello pretenden crear un material audiovisual de alta calidad que sirva de escaparate para los alumnos de cara a mostrar a los representantes el trabajo realizado.

La importancia de la naturalidad en la actuación es algo en lo que ambos profesionales coinciden. Aunque puedan prevalecer las oportunidades para la gente con formación, existe un nicho de mercado para los “actores naturales”. Juan Pablo Rincón reivindica que muchos directores prefieren, frente a los actores profesionales, a quienes “no están viciados con la técnica” ni pierden el trabajo de campo.  “Hay un ejemplo muy básico, que es que la gran mayoría de actores no saben disparar: lo hacen con miedo, cogen la pistola volteada o cierran los ojos. Si yo consigo una persona que ha disparado alguna vez lo va a hacer de un modo natural, porque forma parte de la esencia de lo que él vive o ha vivido”, comenta.

Respecto al proceso de aprendizaje, Mario Bolaños apuesta por un sistema pluralista. Y aunque dice respetar el ‘Método Stanislavski’, el cual prevalece desde el S.XIX al tiempo que van surgiendo nuevas técnicas que lo reivindican o rechazan, dice no compartir que un actor tenga que sufrir todo el tiempo para construir un personaje: “esta profesión es muy ardua, como para que vayas a una escuela y pagues por pasarlo mal”, explica.  Por ello, aboga por hacer “un reciclaje de diferentes métodos y sistemas” para que los alumnos sean “esponjas”. “Algún día irás a un director de casting que te va a pedir cosas distintas y tendrás que saber resolverlas” defiende.

Independientemente de la formación técnica, tanto para el actor como para el director de casting, la confianza es la base. “Un actor tiene que seguir tres estructuras, como decía Juan Pablo: arriesgar, proponer y lucirse; y para eso necesitas confianza. Tú puedes ser un experto en técnica: saber los valores de los planos, tener un perfil perfecto… pero si no tienes seguridad y confianza no haces nada con ello”, explica Bolaños.

El aspecto más importante es tener siempre ‘los pies en la tierra’. “Este es un trabajo de mucha pasión, con mucha competencia y con pocas oportunidades” advierte Rincón, a la par que alienta: “pero se puede conseguir con esfuerzo, trabajo y estudio. Es la única manera”. Mario puede presumir de sus alumnos; algunos de ellos tienen presencia en las series más conocidas del panorama televisivo español: “actualmente está Andrea del Rio en 'Mar de Plástico'; María Guinea estuvo en 'El Príncipe' y Ramón Sanromán ha trabajado en 'Amar en tiempos revueltos'…”. También recuerda que la actuación no se reduce a la pequeña y la gran pantalla: “a veces parece que si no has salido en una serie o una película no eres actor, y yo tengo muchos alumnos que son unos guerreros haciendo teatro”, concluye.