Suspendido por segunda vez el juicio contra una red que estafó empresas con 'el timo del nazareno'

  • La renuncia a última hora de uno de los abogados defensores ha llevado a la Sección Tercera de la Audiencia de Jaén a acordar la suspensión del juicio previsto para este lunes y en el que se sentaban en el banquillo diez hombres acusados de formar parte de un grupo delictivo que a lo largo de 2007 se dedicó a estafar a empresas de toda la geografía nacional mediante el conocido como 'timo del nazareno'.
Audiencia de Jaén
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EUROPA PRESS
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Es la segunda suspensión que afecta a este caso. El primer intento de juzgarlo fue en enero de este año, pero acabó también suspendiéndose por la incomparecencia de dos de los diez acosados

a los que se puso en búsqueda y captura.

El segundo intento, que se iba a celebrar sin la presencia de estos dos acusados puesto que no han sido localizados, tampoco se ha llevado a cabo y se está a la espera de que se nombre nuevo abogado para fechar el juicio.

La actividad delictiva, tal y como recoge el escrito de calificación del Ministerio Fiscal al que ha accedido Europa Press, consistía en comprar empresas que ya llevaban operando un tiempo en el mercado, empresas a las que se les daba una apariencia de legalidad y solvencia en el momento de contratar, consiguiendo de esta forma engañar al comerciante, que cree estar ante una correcta operación en el trafico mercantil y por lo tanto vende y envía su mercancía.

Posteriormente, la mercancía es distribuida entre distintas sociedades pantalla en connivencia con las primeras, hasta conseguir perder su rastro.

De esta forma, dice el fiscal, los acusados desde el año 2007, "actuando con animo de engaño, realizaban pedidos a empresas, para cuyo pago libraban pagares a cuyo vencimiento no resultaban satisfechos, generando un perjuicio patrimonial para las empresas perjudicadas".

Uno de los acusados, R.C.S., a través del Registro Mercantil, aparece como administrador único de unas 100 empresas y administrador solidario de otras 100 empresas. Asimismo, aparece como gestor de una pagina web denominada 'sociedades urgentes.com' cuya finalidad es la venta de sociedades anónimas o limitadas preparadas para comenzar a operar, tratándose de empresas cuyos capitales sociales suman aproximadamente 11 millones de euros.

Sin embargo no se produce el efectivo desembolso de capital social en la constitución o posterior transmisión de esas empresas, provocándose con este fraude, una gran repercusión en el trafico mercantil, dada la finalidad propia del capital social.

Las empresas ofertadas en el portal de Internet se utilizaron, según sostiene el Ministerio Público, para posteriores defraudaciones, dado que una vez constituidas, se retira el capital social, efectuándose un asiento contable en contra de los socios fundadores a favor de la sociedad y por el mismo importe del capital social.

Con posterioridad, los adquirentes de las empresas se subrogan en esta deuda, pero sin llegar a efectuarse el efectivo desembolso, "creando una apariencia de legalidad y dotando a los adquirentes de la herramienta necesaria para su actividad delictiva".

Las mercancías ilegítimamente adquiridas eran transportadas a varios puntos del territorio nacional, directamente a otras empresas y a un almacén en la localidad de Talavera de la Reina. Igualmente desde este almacén eran recogidos por distribuidores de buena fe a quienes los acusados ofertaban las mercancías presuntamente adquiridas de stock.

Todo esta actividad delictiva apunta a la existencia de una organización criminal, que controla todas las fases de la actividad , ya que las empresas son creadas y ofertadas a través de la red por el acusado R.C.S. Las empresas de aparente legalidad, que obtienen de manera ilícita las mercancías, estando destinadas a ser vendidas a un precio inferior al de su compra, efectuándose un blanqueo de los beneficios obtenidos con esta actividad ilícita. A partir de esta compra venta se generan facturas falsas, reflejándose operaciones inexistentes o simuladas.

De la instrucción realizada ha resultado la existencia de al menos 16 perjudicados, estimándose un perjuicio patrimonial por la defraudación de una cantidad aproximada de 509.844'24 euros.

El fiscal califica los hechos como constitutivos de un delito continuado de estafa y un delito continuado de receptación. Así solicita imponer a cada uno de los acusados por el delito de estafa la pena de cinco años de prisión y multa 3.000 euros. Por el delito continuado de receptación pide dos años de cárcel para cada uno de los acusados.

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