Unos 500 niños de una aldea china ya pueden respirar más tranquilos, tras la decisión del gobierno chino de construir un puente que les permitirá ir a a estudiar sin tener que arriesgar su vida atravesando mediante una tirolina uno de los ríos más peligrosos del país.
Y es que Pekín garantiza las escuelas, pero el transporte lo deja a la libre elección de los estudiantes, una generosa concesión gracias a la cual los escolares de Maji deben atravesar diariamente los 200 metros más peligrosos del río Nujiang colgados de un cable con un improvisado arnés, el único medio para llegar a clase.
Según publican varios medios de internet, desde los cinco años, los niños de esta localidad china se enganchan a la mencionada tirolina, una proeza digna de admirar. Y muchos de ellos observan como su compañero de pupitre está detenido en la mitad del río, debido a que su poco peso le impide avanzar hasta la otra orilla.
Sin embargo, las autoridades chinas decidieron extender los brazos de su desarrollo hasta la pequeña aldea invirtiendo unos 60.000 dólares (alrededor de 42.000 euros) en la construcción de un puente. Mientras tanto, el hilo que une a los pequeños de Maji a la obligatoriedad de la escuela seguirá siendo tan sutil como el que los separa de la muerte.
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