La Guardia Civil ha detenido hoy en Socuéllamos (Ciudad Real) a dos ciudadanos rumanos como presuntos autores de un delito contra los trabajadores al introducir en España a dieciocho compatriotas que, junto con un boliviano, trabajaban "en condiciones miserables" en la recogida de pimientos.

Según informó hoy el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Máximo Díaz-Cano, en una rueda de prensa en Ciudad Real, en la operación, que se llevó a cabo en colaboración con la Inspección de Trabajo, se detuvo también a tres agricultores de la localidad de Tomelloso, propietarios de la finca de Socuéllamos, por actuar en connivencia con los dos ciudadanos rumanos.

Estos últimos cobraban a sus compatriotas diversas cantidades, con lo que a los trabajadores les quedaban, según Díaz-Cano, entre 30 y 40 euros de jornal.

Tras asegurar que "el Gobierno de la Nación no va a permitir el mercadeo de personas ni el tráfico de seres humanos para la explotación", Díaz-Cano explicó que los dos rumanos, un varón de 37 años e iniciales L.V. y su compañera sentimental, V.M.F, de 36, habían introducido a los 18 compatriotas con la promesa de encontrar trabajo bien remunerado, cobrándoles 300 euros por esta operación.

A esto se sumaban otros cien euros que les cobraban por el alquiler del piso de Tomelloso, donde vivían 20 personas y 5 por llevarlos cada día al lugar de trabajo.

Además, les cobraban 150 euros por haberles encontrado empleo y un euro, a razón de hora trabajada en jornadas de diez horas, con lo que, según el delegado, a los trabajadores les quedaban entre 30 y 40 euros diarios.

La detención se produjo a las once de esta mañana en el paraje conocido como "La Manchuela" cuando todos estaban trabajando y, durante el día de hoy, tanto los arrestados como los inmigrantes trabajadores han prestado declaración en el juzgado número 3 de Tomelloso, que lleva el caso.

Díaz-Cano afirmó que, si bien se trata de "un asunto de trascendencia penal", se les aplicará también la legislación laboral y las sanciones que correspondan y subrayó que los detenidos realizaban "un aprovechamiento miserable de los demás, una explotación repugnante".

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