Lo que la empresa me devuelve

Cursos. Formar a los empleados es una obligación social que tiene todo empresario.
La responsabilidad social de la empresa se manifiesta, entre otras cosas, en la puesta en marcha de cursos de formación.
La responsabilidad social de la empresa se manifiesta, entre otras cosas, en la puesta en marcha de cursos de formación.
La responsabilidad social de la empresa se manifiesta, entre otras cosas, en la puesta en marcha de cursos de formación.

A medida que cambian y se modernizan los métodos de trabajo, las empresas deben procurar que sus empleados se formen y actualicen sus conocimientos. Tienen la obligación social de invertir en la formación de su personal, aunque no siempre se cumple por completo esta norma.

LOS DATOS

Inversión.- La cantidad media anual que las empresas españolas se gastaron en formación durante el año pasado fue de 327 euros por empleado. En otros países europeos la cantidad invertida oscila entre los 600 y los 1.000 euros, según el estudio Estado del arte de la formación en España, elaborado por la consultora Élogos.

Sin continuidad.- El promedio de inversión está aumentando, pero de forma muy lenta. En 2004 y 2005, más del 60% de las pequeñas y medianas empresas no organizaron actividad formativa alguna. Las empresas no suelen establecer un presupuesto para formación al inicio de su actividad.

Cambio de mentalidad.- La mayoría de los trabajadores consideran estas prácticas como una opción poco atractiva. No las ven como una manera de mejorar sus capacidades a costa de la empresa y, consecuentemente, no las exigen y no preguntan sobre su existencia a la hora de aceptar un empleo.

Quién las pide.- Las actividades de formación, cuando se llevan a cabo, han sido sugeridas mayoritariamente por el empresario, sólo en contadas ocasiones por el trabajador.

Resultados.- Los trabajadores que han participado en cursos de formación de diversa índole dicen sentirse contentos con el adiestramiento recibido. Sin embargo, los formadores consideran que los empleados no sacan de la formación todo el partido posible.

Dificultades.- Muchas empresas pequeñas no disponen de instalaciones para impartir cursillos y se ven obligadas a alquilar locales, lo que encarece los cursos.

Falta de información.- Muchas de las pymes que no envían empleados a los cursos de formación de organismos oficiales alegan no haber recibido información sobre los mismos. Si la empresa no tiene un encargado de formación, la responsabilidad se diluye y nadie toma la iniciativa.

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