Algeciras tiene mezquita propia desde el año 2000, lo que permite hacerse una idea de la presencia islámica en una ciudad que tradicionalmente ha sido considerada lugar de paso. Al anochecer, las cientos de personas que profesan culto a Alá se disponen a comenzar un nuevo día.

Los bares y restaurantes situados en los alrededores de la zona baja y el paseo marítimo se llenan de musulmanes en espacios que, a su vez, son puntos de encuentro.

Hasta el próximo 12 de octubre, los musulmanes tienen vetado fumar, perfumarse, mantener relaciones sexuales hasta el ocaso. Sin embargo, la prohibición más conocida es la de ingerir alimentos hasta el anochecer.

Cuando Algeciras saluda a la luna, las mesas de las terrazas se colman de manjares energéticos típicos que permitirán afrontar con fuerzas el nuevo día. Desde hace décadas, los habitantes de este municipios respetan sus preceptos a la vez que en armonía. Es la zona más al sur de Europa en la que tradición, respeto e integración se dan la mano.

Los bajos de los edificios de la avenida Virgen del Carmen, más conocida como paseo marítimo, aglutina el grueso de establecimientos regentados por musulmanes, que amplían sus horarios de apertura para servir de punto de encuentro con sus correligionarios.

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