Según ha señalado la institución foral en un comunicado, desde entonces "se ha trabajado sin descanso para solucionar esta emergencia". En un primer momento se proyectó la construcción de tres pantallas de micropilotes, a diferentes alturas, para la estabilización del talud deslizado.

En esa línea, ha recordado que el 8 de julio se produjo un segundo deslizamiento que obligó a los responsables de la obra a instrumentar el talud, a fin de "controlar en todo momento su comportamiento y realizar modificaciones según las directrices geotécnicas".

A finales del pasado año, el 27 de noviembre, cuando "parecía que las obras tocaban a su fin", se produce un tercer deslizamiento a raíz de las lluvias intensas a lo largo de una semana, que produce la rotura de 70 metros de la pantalla inferior y "compromete gravemente la estabilidad de la pantalla intermedia".

En este momento, la Diputación decidió "estudiar profundamente y con rapidez" la solución planteada desde el inicio de la obra, en marzo de 2015, y cambiar la dirección geotécnica de la obra para buscar una solución "sólida y definitiva" realizando las modificaciones oportunas en el diseño de las pantallas.

REVISIÓN COMPLETA

En noviembre, tras el último deslizamiento, se decidió revisar completamente los parámetros con los que se planteó la obra en su inicio y se contrató al catedrático de Geología y Geotecnia y experto en taludes, José María Rodríguez Ortiz, para que realice un diagnóstico de la situación creada y proponga las soluciones necesarias.

De este modo, se acomete "con la máxima urgencia" el afianzamiento de la pantalla intermedia con riesgo de caída. Asimismo, para la estabilización definitiva del talud, se proyectan nuevos trabajos que consisten en un cosido de la parte inferior del talud deslizado el 27 de noviembre de 2015 y un muro de hormigón cimentado sobre carriles en el pie del talud. Estos trabajos se han completado con el drenaje de la ladera y las reposiciones de firme, sistemas de contención y señalización.

Todavía quedan pendientes algunas actuaciones paisajísticas para que la ladera sea revegetada, que no afectarán al tráfico. La diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, se ha mostrado satisfecha por haber conseguido "dar la solución sólida a este problema y abrir la autopista AP-1 en su totalidad para los usuarios".