El cobre se ha convertido en un gran objeto de deseo de la ciudad. Cualquier artículo que lo contenga, por muy insignificante o rebuscado que sea, desaparece: chapas identificativas, marcos de ventana, hilos telefónicos e incluso grifos del parque de María Luisa.
Este verano los ladrones no se han ido de vacaciones y la oleada de robos se ha disparado: la Policía Nacional ha registrado dos denuncias diarias de junio a primeros de septiembre. Pero en realidad, los hurtos han sido muchos más, ya que, cuando son pequeños elementos, no se suele denunciar, comenta la Policía Nacional.
El pasado mes de enero, tras varias denuncias, comenzó la operación Cobre. Desde entonces hasta ahora se ha detenido a medio centenar de personas.
La escalada del precio de este material está detrás de los robos y hace muy difícil frenar estos delitos. El kilo ya ronda los 3,60 euros, según los datos que maneja la Policía. En cambio, hace unos cinco años estaba en unos 50 céntimos el kilo, según explica el encargado de una chatarrería de la ciudad a 20 minutos.
La Policía Nacional explica que son tantos y tan difíciles de cuantificar, que no se conoce cuántos kilos de cobre se han robado en los nueve meses que llevamos de año ni tampoco el valor total al que ascenderían.
Medio millón de euros
No obstante, esa cifra tendría mucho ceros. De las 163 denuncias registradas de junio a principios de este mes, sólo 74 especifican el valor del material desaparecido. Y esas cantidades en total suman más de medio millón de euros perdidos por el robo de cobre.
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