Viviendo de alquiler: quién debe pagar las reparaciones

  • Aclarar qué gastos paga el casero y cuáles el inquilino es una de los cosas que más puede enrarecer la relación entre ambos.
  • El casero debe pagar cualquier problema relacionado con la instalación eléctrica, las tuberías y la calefacción.
  • En principio, el inquilino debe hacerse cargo de cualquier desperfecto que se derive del mal uso de la vivienda.
Intentando arreglar un grifo del lavabo.
Intentando arreglar un grifo del lavabo.
Intentando arreglar un grifo del lavabo.

Contrato firmado y llaves entregadas. Pero cuando una vivienda se alquila se generan muchas dudas sobre quién paga cada cosa, más allá de la evidencia de las cuotas mensuales. El inquilino se pregunta hasta dónde es justo que asuma ciertos gastos.

Efectivamente, cuando se vive de alquiler, uno de los elementos que más puede enrarecer la relación con el casero son las discusiones sobre quién debe asumir los costes de un arreglo o reparación. La comunicación entre ambas partes será clave para actuar con urgencia y evitar cualquier incidencia de mayor gravedad.

Conviene saber qué es lo que dice la legislación al respecto. Según lo establecido en la Ley de Arrendamientos Urbanos, el propietario de la vivienda arrendada está obligado a realizar aquellos arreglos que sean necesarios para conservar la vivienda en "condiciones de habilidad".

Esta imposición obliga al dueño del inmueble a arreglar o reponer todo aquello que tenga que ver con los elementos estructurales y esenciales de la casa. Según detalla Reparalia, el casero debe realizar los siguientes saneamientos de los que el arrendado debe informarle lo antes posible:

  • Reparar, renovar o sustituir cualquier elemento de las instalaciones de conducción de agua y desagüe.
  • Mantener y conservar el techo, las paredes, el suelo y la chimenea en el casero de contar con ella.
  • Solucionar cualquier problema relacionado con la instalación eléctrica, las tuberías y la calefacción.
  • Sustituir o reparar el termo en caso de avería o funcionamiento deficiente.
  • Reparar y sustituir cualquier electrodoméstico averiado si no se trata de averías menores como la rotura de un piloto o el fallo o desmejora de un filtro.
  • Acabar con las plagas producidas por el mal funcionamiento de las instalaciones de la casa. Aunque las que se ocasionan por el mal uso o funcionamiento de los exteriores del bloque serán responsabilidad de la comunidad de vecinos o del ayuntamiento local.

Por la otra parte, hay ciertas cosas que con el transcurso de la vida cotidiana se deterioran o rompen y que en todos los casos son exclusivamente responsabilidad del inquilino. Con el contrato de alquiler de la vivienda, el arrendador contrae las siguientes obligaciones:

  • Pagar todas las facturas de aquellos bienes que se puedan medir a través de contadores individuales: agua, luz, gas, teléfono, etc. Contando también con el pago de los gastos de cualquiera de estas cosas que se puedan generar durante una avería.
  • Cualquier desperfecto que se derive del mal uso de la vivienda.
  • Cambiar o reparar las persianas, lámparas, bombillas y los agujeros realizados en las paredes por la cuelga de cuadros o decoración, también correrán de su cuenta todas aquellas pequeñas reparaciones –las que tengan un coste inferior a 150 euros– que se deriven del desgaste por el uso cotidiano de la casa si no se llega a través del contrato a un acuerdo distinto.
  • Arreglar cualquier problema eléctrico producido por una sobrecarga de la red producida por la conexión de más aparatos de los que la instalación puede soportar.

Casos de urgencia

Si de repente el inquilino sufre una avería grave cuya reparación no puede esperar lo más mínimo, éste será libre de realizar arreglos urgentes que eviten que los daños vayan a más para después exigir al casero el reembolso del coste. Si por el contrario es el dueño quien se ve obligado a realizar una obra antes de que finalice el contrato de su inquilino, éste se verá obligado a aguantarla, aunque le genere algún tipo de molestia o dificultad en la vida hogareña.

Eso sí, si esta obra dura más de 20 días e imposibilita el uso de uno de los departamentos de la casa, el precio del alquiler debe disminuir en proporción a la parte de la casa que no se pueda utilizar durante el tiempo en el que transcurran los trabajos.

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