Un centro de acogida para refugiados, aún vacío, en la localidad de Altenfelden, en la región de Alta Austria, ha sido incendiado intencionadamente por desconocidos, informó este martes la Cruz Roja local.

Las llamas destruyeron esta madrugada gran parte del edificio, que acaba de ser terminado y al que se iban a mudar 48 solicitantes de asilo dentro de dos semanas. Altenfelden es una localidad de apenas 2.400 habitantes, situada a unos 220 kilómetros al oeste de Viena.

El presidente de la Cruz Roja de Alta Austria, Walter Aichinger, aseguró en un comunicado estar "consternado" por el incidente y agregó que su organización "seguirá adelante con su misión de ayudar a las personas que necesitan ayuda". "En los próximos días se iniciarán las conversaciones con las autoridades regionales para comenzar lo antes posible con la reconstrucción", dijo.

El alcalde de Altenfelden, el democristiano Klaus Gattringer, reconoció en declaraciones a la emisora pública ORF que ha habido "resistencia" por parte de los vecinos a acoger a los refugiados en su localidad, aunque también numerosas "muestras de solidaridad". Austria es uno de los países que más refugiados de Oriente Medio ha acogido desde el año pasado, con más de 110.000 personas.

Tras varios meses de política de "puertas abiertas", la república alpina ha cambiado de rumbo, con un endurecimiento de sus leyes de inmigración e imponiendo un tope máximo de 37.500 personas a la acogida de nuevos refugiados este año.

A pesar del cierre de las fronteras en la ruta de los Balcanes, Austria ha recibido en lo que va de año ya más de 20.000 asilados, aunque no está claro si todas estas personas cuentan para el cálculo del tope máximo.

En confirmarse ese dato, el Gobierno austríaco se plantea decretar el "estado de emergencia migratoria", lo que supondría eliminar de facto el derecho a pedir asilo en Austria