Josef Sudek, el fotógrafo manco que retrató con ternura de poeta la ciudad de Praga

  • Sudek (1896-1976) era encuadernador hasta que le amputaron el brazo derecho tras ser alcanzado por una granada combatiendo en la I Guerra Mundial.
  • Desde entonces se dedicó a retratar, primero con estilo pictorialista y luego según los postulados de la nueva objetividad, el ambiente melancólico de Praga.
  • 'El mundo tras mi ventana', en el museo Jeu de Paume de París,  reúne 130 obras de uno de los fotógrafos más poéticos y emocionales del siglo XX.
Foto de Praga vista por Josef Sudek
Foto de Praga vista por Josef Sudek
National Gallery of Canada © Estate of Josef Sudek
Foto de Praga vista por Josef Sudek

Discreto y solitario pero emblemático y conocido por todos los vecinos de la ciudad como "el poeta de Praga", Josef Sudek (1896-1976) recorría todos los rincones urbanos de la melancólica y asombrosa capital checa. Pese a la condición de escritor que le atribuían, no iba provisto de papel y pluma, sino de una cámara de fotos, que sostenía y manejaba con el brazo y la mano izquierdos. La extremidad derecha se la habían amputado tras una grave herida sufrida en el frente de la I Guerra Mundial.

Le monde à ma fenêtre (El mundo tras mi ventana) condensa en una retrospectiva de 130 obras la carrera entre 1920 y 1976 de un fotógrafo que comenzó siendo pictorialista, usando la cámara con el mismo ímpetu emocional que un pintor emplearía con pinceles y pigmentos, y derivó con el tiempo hacia los postulados de la nueva objetividad centroeuropea, interesada en explorar la inevitable soledad contemporánea. La exposición, del 7 de junio al 25 de septiembre, se celebra en el museo de fotografía Jeu de Paume de París.

'Mi brazo no estaba allí'

Huérfano de padre desde los tres años y obligado, a partir de los 14 a trabajar para llevar dinero a casa, Sudek se dedicaba a la encuadernación de libros cuando fue llamado a filas por el Imperio Austrohúngaro y enviado al frente italiano. En el campo de batalla de Údine fue alcanzado por la explosión de una granada y los médicos se vieron obligados a amputarle el brazo derecho desde el hombro. Años después contaría con su delicada llaneza cómo regresó al emplazamiento una vez terminada la guerra: "He encontrado el lugar, pero mi brazo no estaba allí. Desde entonces decidí no viajar a ningún sitio porque no iba a encontrar lo que estaba buscando".

Gracias a una beca logró readaptarse y aprender fotografía. El pictorialismo, que pretendía emular efectos de tono y textura similares a los de la pintura, fue su primer estilo. Empezó a recorrer la ciudad para concentrarse en los detalles arquitectónicos, siempre a la espera de que las condiciones de luz fuesen absolutamente perfectas, optando por una mirada pura y directa basada en la filosofía del fotógrafo estadounidense Alfred Stieglitz: "conseguir el máximo detalle para la máxima simplificación".

Encerrado en el estudio durante la ocupación nazi

Durante la II Guerra Mundial, con el país anexionado por Alemania y ocupado por los nazis, Sudek se encerró en su estudio y retrató una vez y otra, bajo diferentes condiciones y deteniéndose en los cambios estacionales, el panorama del jardín al que daba la única ventana de la estancia. De modo natural comenzó a hacer fotos de la maraña de objetos que amontonaba —siempre prefirió el orden del desorden— en el laberíntico espacio.

Para escapar del contexto agresivo de la guerra y la posterior dictadura comunista, se refugió en la música, en especial en la de su compatriota Leoš Janáček. La fluidez de las composiciones musicales le llevaron de forma natural a explorar otro estilo fotográfico: recorrió los alrededores de Praga y las calles de la ciudad en paseos nocturnos para concentrarse en espacios vacíos, tanto rurales como urbanos: parques abandonados, jardines y bosques aparecen una vez en otra en su producción de esta etapa. En los años finales de su carrera jugó a experimentar con la luz en fotografías sencillas que transmiten la poesía de lo cotidiano.

Fascinado por la luz y su ausencia

"El artista disfrutaba serpenteando por las calles de Praga y los suburbios circundantes, en excursiones de las que obtenía fotos que demuestran su perdurable fascinación con la luz y su ausencia", dicen los organizadores de la muestra, para quien Sudek logró "algunas de las imágenes más altamente atmosféricos y sugerentes del siglo XX" gracias a su dominio del medio, la excelencia en las impresiones y una acentuada sensibilidad poética.

"Como muchos artistas de una generación marcada por la experiencia de la guerra", añaden, el maestro checo expresa de una manera "particularmente aguda el conocimiento de los aspectos oscuros y atormentados de la existencia" y ahonda en la melancolía y la emotividad. "Una fotografía nocturna, tomada a través del cristal de su ventana, muestra una ciudad sumida en la oscuridad durante la ocupación de la II Guerra Mundial, comunica un sentimiento de indecible desesperación e ilustra con dramatismo la capacidad técnica de Sudek de trascender lo literal", añaden.

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