La genial pintora olvidada que hizo suyo el Diluvio universal

  • Winifred Knights (1899-1947) ganó reconocimiento en 1920 con 'The Deluge' ('El Diluvio'), un cuadro que conquistó al pintor John Singer Sargent.
  • La Dulwich Picture Gallery de Londres presenta la más completa retrospectiva de una autora que, aunque premiada en vida, ha caído en el olvido.
  • La autora inglesa se distingue por su destreza técnica, el detalle meticuloso y una mezcla singular de las técnicas renacentistas y el modernismo de los años veinte.
'El Diluvio' (1920), óleo de la pintora inglesa Winifred Knights
'El Diluvio' (1920), óleo de la pintora inglesa Winifred Knights
© Tate, London 2016 - © The Estate of Winifred Knights
'El Diluvio' (1920), óleo de la pintora inglesa Winifred Knights

El pintor John Singer Sargent participaba en 1920 en el jurado de la división británica del Prix de Rome (Premio de Roma), un galardón en forma de beca que comenzó a otorgar en 1663 el gobierno francés a estudiantes de arte. El artista florentino de nacimiento, de padres estadounidenses y de formación artística europea expresó su asombro en aquella edición del certamen por una obra titulada The Deluge (El diluvio), de la que destacó el "poco común dominio de la técnica de los tonos, la figura y la composición" además de un "cuidado meticuloso en el detalle".

La revolucionaria interpretación del Diluvio universal es de la británica Winifred Knights (1899-1947), que, aunque laureada y reconocida en vida, ahora nadie recuerda. Ganó el Prix de Rome a la mejor pintura decorativa en aquella edición con un trabajo que se convirtió en su seña de identidad. La composición está marcada por afiladas diagonales, el Arca de Noé es un edificio sin ventanas que se aleja en una embarcación, la arquitectura y la vestimenta de los personajes sitúan la acción en el presente. Entre las mujeres esbeltas de melena recogida y pies descalzos está la propia autora.

Independencia femenina

En la lucha contra el olvido de la creadora que los críticos en los años veinte calificaron de "genial", la Dulwich Picture Gallery de Londres presenta del 8 de junio al 18 de septiembre Winifred Knights, la más completa retrospectiva del trabajo de Knights y la descubre como una de las artistas más originales de la primera mitad del siglo XX, un talento fugaz que consiguió deslumbrar a pesar de verse inesperadamente truncado por una temprana muerte, a los 47 años, a causa de un tumor cerebral.

Siguiendo un orden cronológico, la pinacoteca destaca periodos clave de una carrera en la que abundan temas tan atractivos como la independencia femenina, la modernidad y las vivencias en el Reino Unido durante la guerra. De las 120 piezas en total, los más de 70 estudios preparatorios —juntos por primera vez para la ocasión— ahondan en el proceso creativo, mientras que las pinturas de gran formato dejan patente la destreza técnica y la agudez en el detalle.

En los trabajos tempranos hay una creciente toma de conciencia de los derechos de la mujer, motivada por la relación cercana con su tía Millicent Murby, de la que se expone un retrato fechado en 1917. Murby, activista que defendía la emancipación femenina y el derecho de la mujer casada a trabajar, influyó en cuadros como los que representan a personajes femeninos en el trabajo o el que en 1919 muestra a una sindicalista defendiendo mejores condiciones laborales para las mujeres.

Píldoras autobiográficas

Tras ganar el Prix de Rome disfrutó de su beca, que le concedía cinco años en Italia. La experiencia impulsó su imaginación, capturó la vivacidad del paisaje italiano y produjo algunas de sus más importantes pinturas, como Marriage at Cana (Bodas de Caná) —de 1923— o Edge of Abruzzi; boat with three people on a lake (Orilla de Abruzzi, barco con tres personas en un lago) (1924-30). Son cuadros de una diestra mezcla de las técnicas renacentistas y del modernismo del momento.

Se casó con el también pintor Walter Monnington (1902-1976). En la obra de Knights hay píldoras autobiográficas ocultas que atañen a los más cercanos. Es el caso de Scenes from the Life of Saint Martin of Tours (Escenas de la vida de San Martín de Tours), un encargo que recibió para la Catedral de Canterbury en 1928. En la pieza refleja el trauma vivido en enero de ese mismo año, cuando dio a luz a un niño que nació muerto. Entre los espectadores están la autora, su madre y Monnington contemplando a un Niño Jesús de piel apagada.

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