Los padres asturianos se animan cada vez más a pedir la baja de paternidad. La cantidad de varones de la región que compartió el permiso entre enero y junio de este año (43) aumentó un 34% respecto al mismo periodo de 2006, cuando 32 hombres disfrutaron de la baja.

En los seis primeros meses de este año, de los 2.525 permisos de maternidad que concedió la Seguridad Social en Asturias, el 1,70% correspondió a varones, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En ese periodo, 2.482 asturianas han disfrutado de las 16 semanas reconocidas legalmente para cuidar de sus recién nacidos, frente a 43 hombres.

En casi dos de cada cien parejas del Principado (el 1,70%) es él el que se acoge a la posibilidad de tener parte del tiempo de permiso cedido por la madre. Asturias se encuentra ligeramente por encima de la media nacional de permisos disfrutados por ellos, establecida en 1,59%.

La ley otorga total flexibilidad para repartir esas 16 semanas por recién nacido, a excepción de las seis primeras, que son de descanso obligatorio para la madre.

Aunque aún el número de padres que optan en la región por quedarse en casa tras el nacimiento del bebé no llega al medio centenar, Asturias se sitúa como la tercera autonomía con un mayor crecimiento de estos permisos. Las comunidades en las que más ha crecido el número de padres que accede a este permiso en los seis primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2006 son Melilla (el doble más) y Baleares (51%). Sin embargo, ha descendido en Aragón (–19,19%), Cantabria (–11,90%) y Madrid (–11,42).

PIONERO EN COGERSE EL PERMISO

Carlos Rodríguez. funcionario, 39 años. «criar a un hijo es algo único»

Ya son «mayores», pero Carlos aún recuerda cómo les daba biberones por la noche a sus hijos de bebés. «Nunca pensé que lo haría», recuerda. Este funcionario gijonés es uno de los primeros en cogerse el permiso de paternidad, cedido por su mujer, Rosa. «Fue con Álvaro (seis años), el pequeño. Aunque lo intenté con la niña (siete años), no pudo ser porque mi mujer trabajaba por aquel entonces y decidimos que ella lo disfrutara». Asegura que en su trabajo «causé sorpresa entre los compañeros, que me decían: ‘vaya morro tienes que te vas de vacaciones’». Pronto descubrió que cuidar de un niño recién nacido y de una niña de un año «no son vacaciones». Pese a las semanas de poco dormir, «criar a un hijo es algo único; me dio mucha pena separarme de ellos». Carlos se adaptó muy bien a su faceta de ‘niñera’. «Cuando les llevaba al parque, yo era el único padre y, claro, el resto de madres me tenían en palmitas; me hice tan amigo de ellas que aún mantenemos la amistad».

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