La investigación comenzó hace varios meses cuando, fruto del trabajo desarrollado por los agentes adscritos al mencionado grupo, fue detectado un ciudadano marroquí que presuntamente se estaba dedicando a la distribución y venta de "notorias cantidades" de sustancia estupefaciente, concretamente cocaína, en la capital pacense y localidades próximas.

Durante la investigación y, una vez se hubo identificado plenamente

al supuesto traficante, se pudo comprobar que éste realizaba continuos viajes, tanto a Madrid como a otras provincias de la geografía española, dónde mantenía frecuentes contactos con posibles clientes.

Además, como ha informado la Policía Nacional en nota de prensa, éste adoptaba unas medidas de seguridad "extremas", como alquilar un vehículo para cada uno de los viajes en empresas de alquiler diferentes, incluso alquilar dos vehículos para un sólo viaje, seleccionar rutas más largas y con más rodeos de lo habitual para llegar a su destino, utilizar varios teléfonos móviles o pasear hasta tres veces delante del mismo domicilio antes de entrar en él.

Las gestiones practicadas permitieron conocer que el pasado 7 de mayo el investigado podría haber cerrado la venta de una importante cantidad de droga, en concreto cocaína, con un cliente de Badajoz, por lo que se intensificó la vigilancia sobre el mismo.

De este modo, dicho día, sobre las 14,00 horas, los agentes encargados de su vigilancia y seguimiento, cuando transitaban por la Avenida Padre Tacoronte de dicha ciudad, deciden interceptar el vehículo en el que viajaba el investigado, al tener indicios de que éste transportaba sustancia estupefaciente en el mismo que iba a entregar a su cliente.

Fue en ese momento cuando el sospechoso se percató de la acción policial y realizó una maniobra evasiva "a toda velocidad" y se dirigió

hacia la carretera de Campo Mayor, dirección A5 y, una vez en la autovía, a más de 180 km/h, se dirigió hacia Portugal, para entrar nuevamente en la ciudad por la rotonda del recinto ferial.

Durante la persecución por varias calles de la ciudad, el fugado realizó una "conducción temeraria con manifiesto desprecio para la vida" de los agentes actuantes y para el resto de conductores y viandantes, hasta que el vehículo pudo ser interceptado por una dotación policial en la confluencia de las calles Fermín Barba y Huerta de Mellas.

El investigado, al verse atrapado, dejó el vehículo y huyó a pie, en dirección a la barriada de La Cañada, donde se perdió de vista entre el tumulto de gente que se había concentrado en la calle, no pudiendo ser alcanzado por los policías actuantes, que "debían proteger el vehículo abandonado".

Dicho vehículo fue trasladado hasta dependencias policiales donde, con la ayuda de los canes de la Unidad de Guías Caninos, fueron hallados 2 kilos y 235 gramos de cocaína en una "caleta" (espacio preparado en los vehículos destinados a ocultar la sustancia estupefaciente) ubicada entre los asientos traseros y el maletero, a la que se accedía quitando uno de los reposacabezas traseros e introduciendo una pieza fabricada artesanalmente para ejercer presión.

En estos momentos, como ha apuntado la Policía Nacional, continúan las gestiones tendentes a la localización y detención del fugado así como de otros posibles implicados en estos hechos.