Según ha informado en un comunicado la Policía, los agentes se personaron de inmediato en el lugar al ser requeridos por el portero y manifestarle que momentos antes había tenido una discusión con una joven a la que negaron el acceso al local por su estado de embriaguez y por lo que comenzaron un pequeño forcejeo con ella.

Después un grupo de chicos a los que también se había prohibido la entrada al establecimiento intervinieron echándose encima de los vigilantes y en el transcurso de la riña uno de ellos aprovechó la confusión para sustraerle el teléfono móvil que portaba en el bolsillo y se dio a la fuga con el terminal sustraído. El vigilante manifestó a los policías que el terminal estaba valorado en unos 700 euros.

Los agentes actuantes establecieron un discreto dispositivo de búsqueda del joven por las inmediaciones del establecimiento de ocio y localizaron a un individuo que se encontraba agazapado entre dos vehículos aparcados cerca de la discoteca, toda vez que había advertido la presencia policial. Los policías le interceptaron y comprobaron que portaba dos teléfonos móviles.

Una vez realizadas ciertas gestiones para la verificación de la procedencia de los teléfonos, pudieron saber que uno de ellos era el terminal sustraído al vigilante de la discoteca. Ante tales evidencias, los agentes lo detuvieron y el móvil fue devuelto a su legítimo propietario.

El detenido fue trasladado a las dependencias policiales y puesto posteriormente a disposición de la autoridad judicial.