En su denuncia, la concejala decía sentirse amenazada por el alcalde, el 'popular' Luis Martínez Portillo, y estas amenazas se concretaban en una reunión mantenida el 24 de febrero de 2016, en el despacho del alcalde en el Ayuntamiento de Calahorra.

La reunión fue grabada por la concejala socialista; algo ante lo que Pérez Pastor se ha preguntado "con qué intenciones se acude a una reunión ocultando una grabadora".

Nada más salir de esa reunión, "se arma una denuncia por coacción y amenazas ante el alcalde que, por supuesto, ha quedado sobreseída en este auto que deja claramente al descubierto que todo era un intento burdo de montaje para desacreditarle", ha afirmado Pérez Pastor.

En el auto el juez explica que "en ningún momento la grabación muestra agresividad verbal, insultos o cualquier otra actitud amenazante (..) y no muestra ninguno de los elementos que caracterizan los tipos delictivos de amenazas y coacciones".

De hecho, apunta que "la conversación se extiende durante cincuenta minutos, en un ambiente distendido, sin que se realice exigencia alguna, sin ninguna muestra de agresividad, intimidación o violencia" y "en ningún momento de la grabación se aprecian momentos de tensión".

El auto del juez concluye afirmando que "la conversación termina en un tono, más que correcto, cordial" y la concejala socialista se despide con un "muy bien", al que añade "gracias Luis".

Después, sin embargo, y porque, según Pérez Pastor, "se acuerda de que está grabando la conversación", dice que "le ofende profundamente que" el alcalde se crea "algo que no es cierto". Aún así, apunta el auto, "se despiden con normalidad".

"Puesto que se ha pedido la dimisión de un Alcalde en base a una denuncia rotundamente falsa, queremos mostrar nuestro más rotundo apoyo al trabajo de Luis Martínez Portillo por un futuro mejor para Calahorra y pedimos la dimisión de Chelo Fernández", ha dicho Pérez Pastor.