Las mujeres ocupan el 11,8% de los puestos directivos en España

  • La recuperación económica ha cronificado la desigualdad entre los sexos en el mercado de trabajo español, según un estudio de la escuela de negocios EADA.
  • La brecha salarial oscila entre el 17% y el 11,5%, en función de la categoría.
  • Los autores dicen que la discriminación "es un problema de fondo y cultural".
Portugal busca la paridad entre hombres y mujeres en los cargos más importantes de las empresas.
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Portugal busca la paridad entre hombres y mujeres en los cargos más importantes de las empresas.

La recuperación económica ha cronificado la desigualdad entre los sexos en el mercado de trabajo español, donde la presencia femenina en los puestos directivos se ha estancado en el 11,8 % mientras que la brecha salarial oscila entre el 17% y el 11,5%, en función de la categoría de los empleos.

Esta es la principal conclusión del informe "Diferencias salariales y cuota de presencia femenina" elaborado por la escuela de negocios EADA y el grupo consultor ICSA, que ha utilizado una muestra de datos salariales de más de 80.000 personas empleadas por cuenta ajena en toda España.

El estudio revela que las mujeres ocupan el 11,8% de los puestos directivos en España, lo que supone una disminución en relación al 2015, cuando fue del 12,5 %, y un porcentaje muy similar al registrado en 2014 (11,7 %).

La presencia femenina en los puestos directivos cayó de manera drástica en 2009 como consecuencia de la crisis, al pasar del 19,5% al 12,8%, nivel en el que se ha mantenido con pequeñas oscilaciones y con el punto más bajo en 2013, cuando llegó el 10,3%.

Sin mejoras de la retribución

En paralelo, la mejora de la situación económica de los últimos años tampoco ha tenido como consecuencia una recuperación de la retribución de las mujeres, y la brecha salarial no baja del 17% entre los directivos, del 13% entre los cuadros medios y del 11,5% entre los empleados.

Como ejemplo, el estudio destaca que el sueldo medio actual de un directivo es en 2016 de 79.775 euros brutos anuales, mientras que el de su homóloga femenina es de 68.126 euros.

En la categoría de mandos medios, un hombre cobra de media 39.366 euros, frente a los 34.592 de una mujer; y en la de empleados, un trabajador masculino percibe 23.887 euros, mientras que la mujer del mismo nivel cobra 21.423 euros.

En la categoría de directivos, la brecha salarial del 17,1%, similar al 17,5% del 2015, cuando mejoró frente al 18,6% del 2014.

La diferencia retributiva entre sexos alcanzó su punto más bajo en 2011, cuando llegó al 12%, coincidiendo con un momento de la crisis que afectó en especial al sector de la construcción y la industria. A partir de entonces, la brecha se ha situado alrededor del 17 %.

Entre los trabajadores considerados cuadros medios la presencia de la mujer llega al 25,2%, mientras que representa el 41,5% del total de empleados de España.

Un problema de fondo y cultural

El presidente de ICSA Grupo y director del informe, Ernesto Poveda, ha destacado en rueda de prensa que la recuperación económica no ha supuesto un revulsivo en la situación actual de la mujer en el mercado laboral, sino que, por el contrario, "ha cronificado" la desigualdad.

Poveda ha insistido en que "no existe ninguna razón objetiva" que pueda explicar estas diferencias salariales ni la baja presencia de la mujer en los puestos directivos, por lo que ha concluido que la discriminación "es un problema de fondo y cultural".

Por su parte, la profesora de EADA y colaboradora del informe, Aline Masuda, ha reconocido que los datos del informe son decepcionantes y ha subrayado que la crisis "devolvió a las empresas el control, la rigidez y la disponibilidad absoluta", de manera que "no hay lugar para la conciliación y la flexibilidad".

Masuda ha subrayado que "vivimos en un país en el que los estereotipos sociales aún pesan mucho", por lo que, en muchos casos, la presión social hace que los hombres no piensen siquiera, por ejemplo, en cogerse una reducción horaria para cuidar de los niños.

Además, advierte que en España todavía no se sabe gestionar adecuadamente herramientas como el teletrabajo o la flexibilidad horaria y continúa ganando adeptos la cultura presencial del trabajo.

El estudio compara también las diferencias retributivas con los países vecinos, Francia e Italia, y concluye que a las directivas españolas se les paga peor y la diferencia con sus compañeros varones es mayor.

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