Según se declara probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, un día de octubre de 2009, el acusado fue, vestido de paisano y conduciendo un vehículo que no era oficial, a la casa del vecino donde le abrió la puerta la mujer, a la que le dijo que "iba a ocasionar la ruina" a su marido.

Luego, cuando llegó el hombre, se dirigió a él, dentro de la casa, y le dijo que quitara la denuncia "que te va a costar mucho dinero. Voy a estar pendiente y como te vea sin cinturón de seguridad te voy a denunciar, a mí no me va a pasar nada, ya que soy policía, pero a ti te voy a buscar la ruina".

Según se precisa en la resolución de la Sección Primera, ese mismo día, la víctima había ido al juzgado a causa de la denuncia que había interpuesto contra el acusado por una discusión entre varios vecinos debido a problemas de suministro de agua.

Para la Sala, "no cabe la menor duda de que el autor de los hechos se presenta inmotivadamente en la vivienda del perjudicado conminándole a que retire una denuncia", contribuyendo "a acentuar la intimidación" el hecho de que el procesado es un agente de la Policía Local "con el que se cruza habitualmente por ser la población en que ambos residen pequeña en extensión y número de habitantes".

El Tribunal ha dado "plena credibilidad" al perjudicado, ya que su testimonio fue "congruente, ajeno al móvil espurio, persistente en su incriminación" y, además, sus declaraciones aparecen "corroboradas" por otros testigos que confirmaron los datos objetivos fundamentales.

En el caso del acusado, también reconoce que fue a la casa del perjudicado, pero ofrece otra versión, "no creída por la Sala", asegurando que no sabía nada de la denuncia y que acudió a la vivienda, con uniforme y acompañado por otro policía, "para interesarse por él y comprobar si estaba lesionado".