Los hechos sucedieron en el año 2008. Según se señala en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, "en unión con su hermano", con 13 años entonces, "actuando ambos de común y previo acuerdo y con ánimo de satisfacer" sus deseos, "han mantenido con ellas en un número no concretado pero plural de ocasiones relaciones sexuales".

En la resolución se precisa que lo conseguían "aunque las menores no accedían a ello de buen grado, insistiendo en sus comportamientos de índole sexual, aunque se le manifestara por parte de ellas su negativa". Les decía, señala el Tribunal, que "era algo normal, que lo hacía todo el mundo y que era un secreto, nadie las creería si contaban algo".

Así, el último de los episodios tuvo lugar en diciembre de 2010, según se indica en la sentencia, en la que se relatan algunos de los actos a los que "tanto el procesado como su hermano" sometieron a las menores. Al acusado, con 18 años en el momento de los hechos, se le condena por tres delitos continuados de abusos sexuales y se le impone una pena de cuatro años por cada uno.

Además, se le prohíbe acercarse a las víctimas a menos de 500 metros o comunicarse con ellas de cualquier modo, especialmente telefónico, durante 18 años, debiendo indemnizar a los representantes legales de las chicas con la cantidad de 5.000 euros a cada uno por las secuelas y el daño moral causado a las menores.

Estos hechos han resultado acreditados por la prueba practicada en el juicio, en el que el acusado reconoció íntegramente los hechos y su participación en los mismos, mostrando su defensa su conformidad con la calificación y las penas solicitadas tanto por el ministerio fiscal como por la acusación particular. Se aplica la atenuante de reparación del daño.