El objetivo es que las obras de electrificación de la red, que se licitarán en 2016, puedan empezar a principios del 2017, un año antes de lo que se había previsto inicialmente, según ha informado la portavoz del Govern, Pilar Costa, durante la rueda de prensa posterior al Consell.

La previsión es que las obras estén concluidas a principios del 2018, cuando se operará ya únicamente con trenes eléctricos y sin los transbordos actuales.

Este viernes, el Consell de Govern ha autorizado la tramitación del expediente de gasto para la licitación y la adjudicación del contrato de servicios de asistencia técnica para el control y vigilancia de las obras de electrificación.

Servicios Ferroviarios de Mallorca (SFM) no dispone de los recursos propios suficientes para llevar adelante el control y vigilancia de una actuación tan importante, que tiene un presupuesto de 48,7 millones de euros.

Por ello, se licita esta asistencia, de forma que se pueda garantizar una ejecución correcta y el seguimiento de los contratos asociados a las obras. La dirección de las obras la asumen los propios técnicos de SFM.

Entre otras actuaciones, la tarea de esta asistencia técnica consistirá en el control y vigilancia de las obras, la redacción de proyectos de legalización o la coordinación de seguridad y salud de las obras.

El presupuesto de licitación de esta asistencia es de 940.772 euros (IVA incluido).

La electrificación de toda la red actual de tren supondrá, según ha destacado el Govern, la eliminación del trasbordo de las líneas de Manacor y Sa Pobla, que tienen que hacer un cambio entre la unidad eléctrica y la diesel.

A su vez comportará una reducción del tiempo de viaje, ya que el tren eléctrico permite mayores aceleraciones. En este sentido, el Govern estima que se podrá reducir el tiempo de viaje en aproximadamente cinco minutos.

Por otro lado, el Ejecutivo ha destacado la "mejora en el confort", dado que el tren eléctrico implica una disminución de ruidos y vibraciones, y mejoras medioambientales como la reducción de emisiones de CO2 en la atmósfera de hasta 632,7 toneladas anuales o menos utilización de lubricantes contaminantes.