A la hora de morir hay otras opciones. ¿Donaría su cuerpo a la ciencia? La Facultad de Medicina de Córdoba necesita cadáveres. Cada año, el Instituto Anatómico recibe 1 o 2 cuerpos para prácticas o investigación médica, aunque hay cursos en los que no entra ninguno. Son muy pocos si se comparan con los 80 que recibe al año Barcelona, los 20 de Valencia o los 6 de Sevilla. Sólo hay disponibles 12 cuerpos –ocho sumergidos en bañeras de formol, y el resto, en cámaras frigoríficas– para que 200 estudiantes aprendan el aparato locomotor, el sistema nervioso, etc.

"No son suficientes. Hay tan pocos que un mismo cuerpo lo aprovechamos para dos cursos. Estudiamos el lado derecho y luego el izquierdo", explica José Luis Lancho, catedrático de Anatomía Humana, quien lleva años reivindicando a las autoridades académicas más cadáveres, fuente esencial de conocimiento para la materia que imparte.

"Traerlos de otra comunidad es muy costoso. Hace 12 años pagamos más de 12.000 euros por 4 procedentes de Canarias", recuerda el doctor. Además, "este verano tuvimos que rechazar una donación por una pequeña obra que se está haciendo para arreglar el desagüe del depósito de cadáveres", explica María Poblador, otra profesora.

Instalaciones obsoletas

Al problema de la falta de cuerpos se suma la antigüedad de las instalaciones. «Hay que modernizarlas. Lo ideal sería suprimir las piletas de formol por cámaras de frío», dice Gabriel Bernal, catedrático de Anatomía.

¿QUIÉN PUEDE SER DONANTE?

Cualquier persona salvo los que sufren enfermedades infectocontagiosas como el sida, la hepatitis, etc. Hace 30 años, sólo se hacían prácticas con cadáveres de personas no reclamadas, sobre todo con indigentes. Hoy todo son donaciones.

¿CUÁL ES EL PROTOCOLO?

Rellenar un documento en la Facultad de Medicina. Es un acto voluntario y reversible, es decir, uno puede arrepentirse. Si la familia se niega a respetar su voluntad, prevalece siempre la opinión de ésta sobre la del fallecido.