La llamada de Podemos al Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma) para sondear la posibilidad de una colaboración electoral ha devuelto al primer plano a la formación revelación de las últimas elecciones generales.

Con solo 15.000 euros de presupuesto para una campaña electoral 'artesana', el grupo blanquiverde logró 219.191 votos en el Congreso y 1.034.617 en el Senado. UPyD (153.505 papeletas en la Cámara Baja) y Unió Democrática de Catalunya (64.726), que tenían una importante implantación previa, ni siquiera se acercaron.

La alternativa pro derechos de los animales ha registrado un crecimiento exponencial. Sus apoyos han pasado de 44.795 en las elecciones generales de 2008 a 102.144 en 2011 y 219.191 en 2015. En 2004, un año después de su nacimiento, alcanzó las 64.947 papeletas en el Senado. El número ha llegado, consecutivamente, a 132.077, 374.483 y 1.034.617. En las europeas ha pasado 41.913 en 2009 a 177.499 en 2014.

Las cifras sorprenden aún más cuando se desvela su estructura interna, que se ha ido ampliando conforme los resultado mejoraban.

Unas 40 personas componen el núcleo central, dividida entre los coordinadores provinciales y el equipo de trabajo estatal (atención al afiliado, contabilidad, informática prensa y comunicación, secretaría.

La mayoría son voluntarios y no perciben salario. Solo siete personas cobran del partido, que se financia con las cuotas anuales de 80 euros que pagan sus 2.700 afiliados. Todas las nóminas son iguales: 1.000 euros más plus de transporte.

Pacma celebra una asamblea general cada dos años. En ella se elige la Junta directiva y la presidenta. Silvia Barquero, secretaria de dirección bilingüe y master en comunicación, fue reelegida el pasado mes de marzo. Los estatutos limitan su mandato a un máximo de ocho años. Sus próximos retos, además de las elecciones del 26-J, son concluir la nueva estructura de responsables de área (Igualdad, Sanidad, Educación, etc.) y avanzar en los canales de participación internos.

"Sabiendo de dónde venimos, que hace cuatro años trabajaba aquí todas las horas de mi día sin cobrar un duro, es un orgullo decir que hay siete personas trabajando para Pacma. Nos ha costado tanto...", reflexiona Barquero, de 42 años.

Los animalistas son el partido extraparlamentario con más influencia demostrada. Suyo (y del resto de colectivos animalistas) es el mérito de haber colocado en la agenda mediática el Toro de la Vega, que cada año se convierte en foco de atención nacional e internacional. Estuvo presento cuando el torero Fran Rivera se fotografió toreando con su hijo en brazos y acaba de reclamar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (PP) y a la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena (Ahora Madrid) unas fiestas de San Isidro sin toros.

Su 'revolución' desde abajo se fundamenta en una base social muy activa, solidaria y movilizada que comparte muchas similitudes con lo que se ha dado en llamar la "nueva política".

Pacma publica sus cuentas en su web, carece de subvenciones o créditos bancarios y es especialista en el combate de las redes sociales. Hoy cuenta con 378.000 seguidores en Facebook, 99.000 en Twitter y 3.700 suscriptores en You Tube. Su oficina, en plena calle de Preciados -una de las más caras de España- es un espacio de coworking donde los visitantes comparten espacio con las mascotas de los trabajadores.

Silvia Barquero presume de que la formación es "significativa" desde 2011, cuando superó la barrera de los 100.000 votos. ¿En qué se tradujo eso? "Ahora, cuando me reúno con representantes y consejeros a todos los niveles, me reciben inmediatamente y con una sonrisa. Ya estamos incidiendo a nivel político", subraya.